Fecha: 29 de marzo, 2021
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Es una posibilidad cada vez más elegida por los argentinos sacar capitales a otros países y eludir las trabas a nivel local. La pandemia incentivó la tendencia y la digitalización lo hizo más fácil.
Hay miles de millones de dólares de inversores albicelestes en el exterior, debido a la inestabilidad económica a lo largo de su historia, pero también por otros motivos: trabajo, mayor seguridad o escapar del riesgo local en materia de inversiones.
Esta tendencia se vio incentivada en los últimos años por las restricciones a la compra de divisas. Según el INDEC, existen más de u$s335.000 millones de residentes fuera del país, de los cuales:
Además, en los primeros nueve meses del año pasado (última cifra informada), salieron del país otros u$s3.000 millones, según cifras del Banco Central.
Un vehículo habitual para sacar dinero hacia otros países es la apertura de una cuenta en un banco o broker del exterior, especialmente, en Estados Unidos.
En este sentido, Mariano Sardans, CEO de la gerenciadora de patrimonio FDI, destaca a iProUP que creció mucho el apetito de los ahorristas por estos productos porque tuvieron tiempo de investigar y se habilitó la posibilidad de hacerlo de forma totalmente remota.
“Es cada vez más frecuente que los argentinos tengan cuentas de inversión afuera y la pandemia acentuó este proceso, porque las personas se digitalizaron radicalmente“, señala a iProUP en José Ignacio Bano, gerente de Research de Invertir Online. Y asegura que el proceso es tan sencillo como hacerlo a nivel local.
De hecho, indica que cuando un cliente decide activar una cuenta en esa plataforma para Argentina, puede elegir abrir una simultáneamente en Estados Unidos. “En nuestro caso, solo se requiere entrar al sitio, registrarse y completar unos campos y formularios de chequeo de identidad”, comenta.
“Fue una muy buena decisión aprobar la actividad de gestión de activos en el exterior, algo que se hacía en la clandestinidad desde hace tiempo”, destaca Sardans. FDI es uno de los pocos AGI activos en el país y que está registrado, a su vez, como asesor de inversión en Estados Unidos y Uruguay.
Una nueva tendencia a la hora de invertir en EE.UU., principalmente, es que muchas personas eligen administrar por su cuenta su dinero a través de los llamados discount brokers.
“Se trata de operadores online que no cobran comisión y son ideales para los ahorristas más pequeños, con menos de u$s200.000, que eligen autogestionarse”, explica Sardans.
Muchas que optan por esta modalidad, eventualmente contratan asesoría. FDI cuenta con esta opción, que se denomina “portfolio check-out” en algunos países de Latinoamérica.
“Es un servicio que se cobra por hora para quienes que se quieren autogestionar, modalidad que muchos eligieron durante la pandemia”, revela.
Antes de evaluar todos los requisitos, costos y cargas impositivas que deben contemplarse al abrir una cuenta en el exterior, resulta clave conocer los beneficios, más allá de la posibilidad de evitar cualquier tipo de riesgo local.
“Sin dudas, la principal ventaja es la oportunidad de acceder a un abanico mucho más amplio de alternativas de inversión. Está permitido en Argentina hacerlo desde hace muchos años y no es para nada problemático”, asegura a iProUP el director de Capital Markets, Fernando Dirazar.
Y, para quien busca opciones variadas, Estados Unidos parece ser la plaza ideal. Bano aporta que son los mercados más importantes del mundo en acciones son el NYSE y el NASDAQ, y a ambos se puede acceder desde ese país.
“Son tan grandes que entre los dos representan la mitad del volumen operado en todo el mundo, tienen la oferta de acciones más completa a nivel internacional”, afirma.
Tal es así que Sardans define a las inversiones en EE.UU. como “la posibilidad de ingresar al mercado de capitales sin límite de opciones“. Apunta que pueden comprarse bonos argentinos y brasileños a mejores precios que en sus países de origen.
Hoy, la modalidad más usada para enviar el dinero a una cuenta en el exterior es la llamada vía del contado con liquidación (CCL), a través de la compra de un bono en pesos (en Argentina) y su reventa en dólares (Estados Unidos). En general, suele utilizarse el AL-30. Según explica Bano, “este activo se debe vender bajo la modalidad AL-30C (la C es de dólar cable)”.
Respecto del mínimo capital requerido para comenzar a operar, señala que es de unos u$s1.000. “Con $140.000, un costo relativamente bajo, ya se puede invertir en la mayor plaza global”, dice.
Y este es un muy buen momento, dado que los dólares financieros están muy bajos respecto del oficial. “Uno se ahorra casi el 10% por cada dólar y, encima, tiene su dinero afuera, disponible para invertir”, afirma Bano.
“Uno de los motivos por los que cada vez más personas eligen tener una cuenta afuera es que los procesos se simplificaron mucho. Antes, tenías que firmar documentación física y hacer la transferencia era complicado”, describe Bano.
En la actualidad, es un trámite gratuito y 100% digital. Se debe presentar la siguiente documentación:
Algunas entidades piden una especie de currículum para saber qué actividad desarrolla el solicitante, sobre todo en el caso de residentes latinoamericanos, porque consideran a la región como “zona caliente” en delitos precedentes de lavado de dinero.
El asesor en cuestiones tributarias Daniel Dubin advierte a iProUP que es importante justificar el origen de los fondos. Sostiene que la elección del país no suele estar tan atada al tratamiento fiscal, que en general es igual en todos.
“Si van a hacer inversiones, es importante asesorarse respecto de qué bonos tener en cartera, por seguridad e impuestos“, recomienda. Esto es clave para pensar los costos y riesgos.
Este tipo de inversiones tiene una carga fiscal distinta a la local, pero no es muy compleja: están alcanzadas por el impuesto a las Ganancias y Bienes Personales.
A fin de cancelar los tributos, los activos en el exterior se pesifican al tipo de cambio oficial (precio vendedor del Banco Nación) de la fecha de cierre de la operación y las declaraciones juradas se presentan en los vencimientos locales.
“El Impuesto sobre Bienes Personales es del 1,25% como tasa máxima para los radicados en el país y 2,25% para los que están en el exterior. Las presentaciones son anuales”, detalla a iProUP el tributarista Santiago Sáenz Valiente, director del estudio homónimo.
El experto revela que las rentas financieras se consideran “pasivas” y que, en el último tiempo, la AFIP comenzó a exigir una declaración anual de información sobre estas. Este requerimiento se suma a la presentación anual de Bienes Personales.
“En lo que respecta a Ganancias, hay distintos tratamientos. La utilidad por la venta de bonos argentinos está exenta, aunque estén invertidos en el exterior”, detalla Sáenz Valiente.
Por otro lado, hay algunas inversiones a las que se aplica una alícuota del 15% sobre la utilidad producida por una eventual venta, en la que se considera la diferencia con el monto al que se compró (en dólares) y se aplica la cotización oficial de la fecha de operación.
Además, informa que, en lo que respecta a dividendos e intereses va todo a una alícuota progresiva, que -en la mayoría de los casos- es del 35% y, advierte que este año muchas cuentas en el exterior estarán afectadas por el “Impuesto a la Riqueza”, lo que generará una situación de doble imposición para muchos.
“A la carga impositiva hay que sumarle, en la columna de ‘Gastos’, el costo operativo. Si bien la apertura de cuenta es gratuita, a la hora de proyectar las inversiones hay que tener en cuenta que se va a incurrir en algunas dispensas por operar, que, si bien se pueden estimar con algún nivel de precisión, dependen del modelo de negocio de cada bróker”, comenta Dirazar, y deglosa diferentes enfoques:
Todo esto es lo que debe considerar un inversor promedio al pensar en abrirse camino más allá de las fronteras. Sin dudas, las opciones son cada vez más y se adaptan a cada bolsillo. La digitalización ha sido un elemento transformador en ese sentido.
Fuente: Iproup