Fecha: 21 de julio, 2020
Saumell, quien aclaró que el proyecto fue enviado a la Comisión Nacional de Valores, al Banco Central y a los ministerios de Economía y Desarrollo Productivo, agregó: “Tendría impacto fiscal, pero sería un esquema de apalancamiento muy poderoso. Le costaría al fisco la tasa del impuesto, pero puede recibir apalancamiento de entre 5 y 6 veces lo que sacrifica. Es muy útil para el Gobierno, pero también para los trabajadores registrados que hoy reclaman por un menor impuesto a las ganancias”.
Saumell propone un incentivo adicional: “En principio sería un diferimiento del impuesto: en el momento en el que el bono se vende esos $1.000 pasarían a formar parte de la base imponible a futuro, es decir, del período fiscal en el que se concrete. A menos que el bono fuera aplicado a la compra de primera vivienda propia y ahí pasaría a ser directamente una exención”.
Los fondos irían a un fiduciario donde el administrador divorciaría la administración de estos recursos de su propio patrimonio, de su resultado y de su solvencia. “No son AFJP: no nos metemos con lo previsional. Por ejemplo: la comisión que tendrían los agentes que participen (bancos, compañías de seguros, sociedades gerentes de FCI) tendría que ser una comisión de administración y punto”, aclaró
Ante la consulta de si la idea es que los fondos se destinen a bonos privados o públicos, Saumell contestó: “Lo ideal sería un esquema de gradual aplicación al sector privado: por ejemplo que el primer año sea 100% al soberano o subsoberanos. Segundo año 90% público y 10% privado y que progresivamente vaya creciendo la porción de financiamiento a privados”.
Ante la consulta de este medio de si considera viable un proyecto así, el director de la administradora de patrimonios FDI, Mariano Sardáns, indicó: “Parece similar a los fondos de pensiones de Estados Unidos: el más básico es el IRA o los 401(k). En esos casos se puede aportar antes de pagar lo que allá sería el Impuesto a las Ganancias o a la Renta Financiera. El tema es que allá hay incentivos para ahorrar. Si acá se pudiese hacer algo similar sería genial, pero falta que haya confianza”. Otra diferencia que estableció Sardáns es que en Estados Unidos se puede invertir en bonos y acciones de cualquier parte del mundo, por lo cual se necesitaría un set de opciones importante.