Fecha: 19 de noviembre, 2021
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La inestabilidad social, política y económica del país están provocando que los inversionistas busquen alternativas fuera de México para proteger sus ahorros y patrimonios.
De acuerdo con expertos y empresarios, nunca fue tan fácil abrir una cuenta en el exterior como sucedió ahora con la pandemia.
El país más elegido es Estados Unidos, que ahora está concediendo visas de inversionista o comercio internacional por cuatro años (renovables) para los mexicanos que inviertan a partir de 100 mil dólares o que importen y/o exporten en el país vecino.
La Embajada de Estados Unidos abrió en la Ciudad de México una sede para la tramitación digital y más rápida de dichas visas para inversionistas. Anteriormente, los documentos sólo podían conseguirse con una vigencia de un año y tramitarse de forma más lenta a través del Consulado de Ciudad Juárez, saturado en la actualidad.
Jesús Manuel Salayandía Lara, presidente local de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), calificó como positiva dicha medida, al mismo tiempo que afirmó que por parte del Gobierno mexicano no hubo nunca un apoyo para las empresas durante la pandemia.
“Desde hace tiempo se han ofrecido estas visas para empresarios, para que podamos abrir nuestros negocios en Estados Unidos, lo cual es bueno, según el crecimiento que quieras llegar con tu negocio, sobre todo aquí en la frontera, que se puede tener la facilidad de operar en ambos lados”, expresó.
“El lado negativo es que hay muchos empresarios que ahorita no ven una estabilidad económica en el país o un panorama bueno para la iniciativa privada, por lo que mejorar agarran sus cosas y se van a otro lado”, agregó.
Mariano Sardáns, CEO de la gerenciadora de patrimonios FDI, afirmó que la demanda de apertura de cuentas en el vecino país está en uno de los puntos más altos en los últimos años.
“Este fenómeno responde a los temores de las personas a que la inestabilidad que afecta también a otros países de Latinoamérica pueda perjudicar la seguridad de sus activos o se los grave con impuestos elevados e imprevistos. Los motivos que más escuchamos en las consultas que recibimos son presión impositiva, inseguridad jurídica, restricciones cambiarias y control sobre el libre flujo de fondos”, dijo.
Sardáns explicó que antes de la pandemia el gran impedimento para abrir estos tipos de cuentas mediante trámites online era el temor de los bancos a no cumplir a rajatabla con el famoso KYC (Know-Your-Client), y que se filtrara un cliente envuelto en actividades ilícitas o, por el contrario, que la documentación que se le presentara no correspondiera a quien realmente iba a manejar la cuenta y fuera el dueño del dinero.
Pero a partir del uso generalizado de las plataformas de videollamadas, el proceso de apertura presencial se reemplazó con entrevistas virtuales.
“De hecho, los mismos empleados que antes abrían las cuentas con los nuevos clientes del otro lado del escritorio, ahora lo hacen desde sus propias casas y con el cliente del otro lado de la pantalla”, expresó.
Fuente: El Diario de Chihuahua