A Mariano Sardáns le resulta llamativo que la suscripción de estas emisiones no pueda realizarse desde entidades financieras del exterior, ya que sólo se puede invertir a través de entidades financieras en el país: “Más aún si tenemos en cuenta que en el exterior los argentinos tienen más dinero que en el país”.
Por el acuerdo con el FMI, el inversor argentino promedio se siente tranquilo invirtiendo en títulos del gobierno de cortísimo plazo y en dólares. También le es conveniente la tasa y la ventaja tributaria de la Lete, exenta de bienes personales y una menor alícuota del impuesto a la renta financiera. “Pero claramente es más fuerte la tranquilidad de tener su dinero afuera. Siente que mientras está afuera, es suyo mientras que, si está en Argentina, puede no serlo”, considera Sardáns.
A su juicio, si el gobierno permitiera la suscripción de Letes a través de entidades del exterior, terminaría bajando bastante más la tasa de financiación de corto plazo por tener más oferentes : “Más aún si consideramos que el argentino que tiene su dinero en el exterior es más sofisticado como inversor, en comparación con el ahorrista local que raramente conoce a la Lete como alternativa superadora al plazo fijo bancario en dólares”.
La única alternativa de corto plazo emitida por el gobierno y disponible desde el exterior es el bono AA19, que vence el 22 de abril próximo y paga una tasa interna de retorno (TIR) del 3,20%. El problema es que sólo es accesible para grandes inversores, ya que la “ficha mínima” es de u$s150.000.
El siguiente bono minorista es el AO20, que vence el 8 de octubre de 2020, o sea durante el próximo gobierno.
Para Sardáns, autorizar la suscripción desde el exterior de Letes seguramente le permitiría, si las condiciones actuales del mercado se mantuvieran, bajar la tasa de la Lete en por lo menos un 30%, o sea a lo mismo que paga actualmente el AA19.