“Los residentes fiscales argentinos comenzarán cada vez más, a volcarse hacia los bonos argentinos.”, comenta Mariano Sardáns, CEO de FDI.
El régimen de sinceramiento fiscal vigente hasta el viernes permitió blanquear activos hasta ahora no declarados de contribuyentes argentinos por 116.800 millones de dólares, cifra equivalente al 21,6% del producto bruto interno (PBI), y ya le aportó al fisco ingresos por 148.600 millones de pesos.
Pero el mayor aporte fue la casi duplicación de la base imponible del impuesto a los bienes personales, que rondaba los US$ 116.000 millones y ahora quedó establecida en US$ 226.000 millones, un 94% más.
Los resultados finales ubican al blanqueo argentino en el segundo lugar entre los más importantes del mundo, sólo detrás del que hizo en paralelo Indonesia -también finalizo el 31 de marzo- que sumó adhesiones por US$ 330.000 millones. Los datos fueron anunciados ayer en conferencia por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne , y el jefe de la AFIP , Alberto Abad .
El monto blanqueado es 16 veces mayor que el resultado de los dos lanzados durante los gobiernos de Cristina Kirchner (en 2008 y en 2013), pese a que las multas del actual eran superiores.
Casi el total de las inversiones declaradas (US$ 55.000 millones, de los 55.900 millones blanqueados por este concepto) se habían “refugiado” en el exterior. El grueso, repartido entre Estados Unidos (30%) y Suiza (26%). Algo similar ocurrió con los fondos en cuentas: US$ 25.900 millones del total de US$ 33.600 millones sincerados estaban fuera del país. En este caso, el 45% en Estados Unidos, el 32% en Suiza y el 9% en Uruguay, no en vano referida en el pasado como la Suiza de América latina.