Fecha: 19 de junio, 2019
Un nuevo retroceso en el precio del dólar, junto con otra baja del riesgo país y de la tasa de interés interna, confirmó ayer la recuperación de la plaza financiera local. Se trata del proceso que se inició con las definiciones vinculadas a las candidaturas de cara a las elecciones presidenciales, que, a juicio del mercado, devolvieron al oficialismo capacidad de dar pelea, pero que encontró, especialmente ayer, empuje extra en el mejor clima global de negocios.
El billete volvió a perforar los $45 para la venta al público, tras caer 56 centavos respecto de su cierre del viernes. Quedó ofrecido a un promedio de $44,71, con lo que regresa al rango de precios que había mostrado hace una semana, y confirma una caída del 2,4% en el mes. Esa baja orilla el 3% en la cotización mayorista, que cerró a $43,48, es decir, “a niveles de dos meses atrás”, reseñó el operador Gustavo Quintana, de PR Cambios.
A su vez, la tasa de interés interna, fijada por la que el Banco Central (BCRA) les paga a los bancos por comprarle a diario letras de liquidez (Leliq), cayó 56 puntos (de 66,66 a 66,10% nominal anual), con lo que quedó en su menor nivel en tres meses y acumula una baja de 8 puntos desde inicios de mayo, cuando llegó a superar 74% anual.
El nivel de riesgo país, en tanto, bajó otro 2,7% para ubicarse ahora en 837 puntos (lejos de los 1014 puntos intradiarios que marcó a inicio de mes), ayudado por otra mejora del 1% promedio en la valuación de los bonos de la deuda argentina más operados en el exterior. De este modo ya se retrotrae 15% solo en lo que va de junio y vuelve a niveles de mediados de abril.
Los analistas explican que las sostenidas mejoras derivan del “doble empuje” que pasó a tener el mercado, al complementarse el cambio de expectativas locales con mejores condiciones para las apuestas globales al riesgo, lo que consolida su recuperación.
Por caso, la baja local del dólar se vio facilitada por una marcada retracción de la demanda, pero también por las condiciones favorables a una revalorización general de las monedas emergentes -a la que se acopló el peso-, que se intensificaron ayer al ser cada vez más intensas las especulaciones sobre un posible recorte de tasas en Estados Unidos, que podría comenzar a aplicar desde hoy la Reserva Federal (su Banco Central).
A la merma del riesgo país ayudó también la caída del rendimiento del bono del Tesoro de Estados Unidos a 10 años -que se toma como parámetro para esa medición-, al quedar a 2,056% tras haber tocado un piso en 2,016%, su mínimo desde septiembre de 2017.
“Esto deviene de un mundo que pasó de un escenario de ”guerra de monedas” a otra de ”tasas”, cuya consecuencia es la debilitación de las monedas relacionadas”, explicó Mariano Sardáns, de la administradora de patrimonios FDI, en una alerta enviado a sus clientes.
Para el director de Invertir en Bolsa (IEB), Norberto Sosa, al cambio de humor derivado del “efecto Pichetto”, ayer se agregaron otros factores. “Hay un clima global que volvió a ser constructivo porque las grandes economías mostraron que están dispuestas a instrumentar medidas expansivas y eso hace crecer la probabilidad de baja de tasas al 87% ya durante julio. A eso se sumó el anticipo de Donald Trump sobre un posible arreglo con China en el próximo G-20 en Osaka. Y en lo local, ayudó a tranquilizar más la definición de Massa, que al encabezar la boleta de Diputados en la provincia de Buenos Aires, elimina el riesgo de que CFK se baje de la fórmula presidencial. Ese combo da base a estos precios de mercado”, considera.
Santiago López Alfaro, de Delphos Investment, cree que las mejoras de ayer tuvieron “50% de componente local y 50% de componente externo. Los inversores están viendo que las posibilidades de Macri volvieron al escenario de ballottage tras las caídas que se vieron durante marzo y abril, cuando se creía que perdía en primera vuelta. Con la inclusión de Pichetto, el mercado lo ve en la pelea nuevamente y se sabe que un dólar fuera de escena le aporta mucho”, señaló.