Fecha: 6 de Mayo, 2021
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El COVID aceleró en el mundo entero una directriz que hasta hace unos meses se concentraba mayormente dentro de los EE.UU.. A partir del tiempo de ocio que tuvieron por las cuarentenas y/o aislamientos obligatorios, millones de inversores alrededor del mundo pudieron ocuparse de sus finanzas e indagar y comparar diversos proveedores de servicios financieros.
Respecto de este fenómeno, Mariano Sardáns, CEO de la gerenciadora de patrimonios FDI, nos cuenta que “esto está provocando un éxodo masivo de inversores saliendo de bancos y brokers tradicionales y llevando todos o parte de sus activos hacia entidades financieras en los EEUU que permiten custodiar y operar sus inversiones a muy bajos costos y/o con nulas comisiones”. Se trata de los cada día más conocidos discount-brokers, que brindan a sus clientes acceso directo al mercado sin la intermediación de asesores o vendedores.
Los discount-brokers son similares a los brokers tradicionales en su estructura, pero al evitar a los comerciales, permite que los inversores realicen operaciones de compra/venta con comisión cero para varios tipos de títulos, ínfimas diferencias de precios en la compra y venta de bonos, así como la bonificación del costo de muchos servicios financieros.
El resultado más evidente entre ambos tipos de entidades financieras es la rentabilidad final que recibe el inversor, que con los brokers tradicionales depende directamente de la estructura de comisiones que cobra cada compañía y el asesor que atiende al cliente. Esta estructura de compensación, por otro lado, hace imposible asegurar que el inversor reciba un asesoramiento objetivo y una administración de sus activos en línea con sus intereses. Esto no sucede con los discount-brokers, ya que no brindan asesoramiento a clientes a través de asesores propios o de terceros contratados, como es el caso de los bancos y los brokers tradicionales.
Esta nueva generación de inversores minoristas, de alguna forma “independientes” y sin asesoramiento son los que, a veces hasta por diversión, invierten a través de los famosos Robinhood, Interactive Brokers, TD Ameritrade, E-Trade y otros discount-brokers muy populares. “Algunos referentes de Wall Street los señalan como los culpables de estar generando una burbuja en el mercado de acciones que, tarde o temprano, dejará muchos inversores muy lastimados” señala Sardáns, preocupado por los pequeños inversores.
De alguna manera, estos millones que prefieren autogestionarse sus inversiones, son el resultado de largas frustraciones y enojos frente a un viejo sistema donde supuestos asesores, que en realidad son vendedores de productos/servicios financieros, no agregan valor a sus finanzas. Eventualmente quieren tener enfrente a un asesor con intereses alineados, o sea que sólo cobre honorarios pactados con el propio cliente y no comisiones o retornos escondidos de ningún tipo.
Sardáns nos advierte que “hasta el más avezado y sofisticado de los inversores, reconoce la importancia de tener un asesor que le ayude a evitar tomar decisiones emocionales en su propia cartera”, y agrega, “más aún los inexpertos, que a su vez necesitan entender los pro y contras de cada instrumento financiero, sus versiones, costos ocultos y hasta sus consecuencias tributarias tanto en el país donde invierten, como en su país de residencia. También, que lo prepare para lo que puede llegar a pasar. En definitiva, que sepa prepararlo para lo peor, esperando lo mejor”.
Pero poder operar a costo cero o casi nulo es un gran logro y un inmenso ahorro para los inversores, en perjuicio de las entidades financieras. Un lujo al cual los inversores ya no quieren resignarse.
Fuente: TyN Magazine