“Gracias Donald”, dicen los mesadineristas.
Es que gracias a la volatilidad provocada por el efecto Trump en los mercados, en la City porteña idearon una nueva bicicleta financiera, que rinde 12% anual en dólares.
El negocio del pedaleo ciclístico reside en aprovechar la tasa a la que subió el Discount 33, que llega al 8% anual en dólares, pero a su vez apalancarse en una caución tomadora en dólares, que tiene un costo del 1,5%, más una comisión de otro punto y medio, a razón de 0,1% por cada vez que se realiza (se debe llevar a cabo 12 veces si se quiere anualizar, ya que es una por mes).
Por lo tanto, a la ganancia de 8%, se le restan los gastos del 3%, y queda en un adicional de 5 puntos más. Pero como la caución es por el 75%, el plus es de 4 puntos más.
O sea, a los 8 puntos de tasa, se le suman 4 puntos más, lo que totaliza una ganancia del 12% anual en dólares, nada despreciable para estos tiempos de tasas dolarizadas bajas.
“La TIR te da exactamente el 12%, con las tasas y comisiones incluidas. Los supuestos son que el precio del DICAD (ticket del Discount en moneda extranjera) dentro de un año sea el mismo de hoy y que la tasa de financiación de la caución en dólares no varíe durante el año, porque hay que renovarla cada mes, dado que no hay liquidez a plazos mayores”, advierte Mariano Sardáns, CEO de FDI.
Consideraciones fundamentales
El supuesto fundamental es que no caiga el precio del bono, porque de lo contrario se dispara automáticamente el aforo de la caución. Si el inversor no tiene los dólares, para cubrir la posición debe salir a vender títulos de su tenencia, porque las normas del mercado obligan a depositar en el día la plata, con lo cual el ahorrista se podría ver obligado a desarmar su portafolio de inversión.
En cambio, si el precio sube la relación técnica del aforo funciona a favor, porque se puede salir a tomar más deuda, o sea el apalancamiento se incrementa, con lo que se puede llegar a ganar incluso más que el 12%.
Desde ya, es conveniente caucionarse por una porción de lo que se tiene, de modo de no jugar al límite, porque si llega a bajar el precio de los bonos, hay que salir a cubrir la posición del aforo y se empieza a desarmar la cartera.
Además, hay que tener en cuenta que el costo financiero de la caución tomadora no es deducible de impuestos, por ende es costo puro, aunque la renta del bono sí está exenta del impuesto a las ganancias y bienes personales, al tratarse de bonos emitidos por el gobierno nacional.
Ojo con las comisiones
Otro aspecto importante a considerar son las comisiones que cobre el agente de bolsa, ya que es una caución que hay que renovarla todos los meses. Como no hay a más de 30 días, el inversor se ve obligado a renovarla mensualmente, en caso de querer continuar con la colocación.
En la toma de fondos mediante la caución tomadora, el obligado a controlar los aforos es la sociedad de bolsa. La caución tiene triple garantía: el título caucionado, las acciones del Merval que son propiedad y están dentro del patrimonio de la sociedad de bolsa que arma la operación (de ahí que ésta se juega su patrimonio en caso de que no esté atenta a que el tomador aporte las garantías apropiadas), y el Merval en su conjunto sale a responder en caso de que fallen los dos niveles de seguridad anteriores.
Quien pide prestado, lo hace a través de una caución tomadora, dejando como garantía títulos. Los diversos títulos que hay en el mercado tienen distintos aforos, los cuales están relacionado a su nivel de liquidez.
Para tomar un ejemplo de volumen negociado, dejar como garantía acciones de YPF va a permitir que se pueda pedir prestado un mayor porcentual de dinero que si se deja como garantía acciones de Comercial del Plata.
Para entender la mecánica de la caución, como contrapartida a quien pide prestado, está quien presta el dinero y lo hace a través de la caución colocadora.