Fecha: 06 de junio, 2021
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as condiciones para desarrollar negocios que impone la Argentina, con restricciones cambiarias, la presión impositiva y leyes laborales, hacen que trasladar la empresa al extranjero sea condición sine qua non si lo que se quiere es competir con el mundo, recibir inversores institucionales y luego hacerla cotizar y/o venderla, según advierte Mariano Sardáns, CEO de la gerenciadora de patrimonios FDI.
“Encarar un negocio que implique competir internacionalmente por clientes e inversores, es inviable hacerlo desde la Argentina”, afirmó Sardáns en la siguiente entrevista de iProfesional, en la que explica por qué las empresas iniciales locales deben apuntar fuera del país.
-Debido al cepo, que fija un tipo de cambio artificial y por ende perjudica a los exportadores, junto con una normativa tributaria que conlleva una pesadísima carga fiscal, cada día hay una mayor concientización entre los emprendedores y empresarios, de encarar el negocio de la mano de una correcta y prolija planificación fiscal internacional.
-El principal riesgo es no ser competitivos frente a un mercado internacional que no da lugar a quienes no son eficientes, desde el punto de vista financiero y tributario. Esto conlleva también a que la empresa se vea limitada en su crecimiento ya que le va a ser muy difícil conseguir inversores o capitalistas, en un mundo donde estos últimos escasean y los proyectos abundan.
Los inversores no sólo buscan proyectos buenos, sino también un management profesional que contribuya a maximizar la rentabilidad de los accionistas (inversores). A mayor eficiencia tributaria y financiera, mayor es la rentabilidad de los accionistas.
-Tal cual comenté en el caso anterior, no sólo el proyecto tiene que ser sustentable, sino también la empresa tiene que estar localizada en la jurisdicción apropiada para maximizar la rentabilidad de los accionistas. Claramente Argentina no es el lugar apropiado para montar un negocio que compita a nivel internacional.
Lamentablemente, es manejando todos los flujos de fondos y operatoria fuera de Argentina.
-Eligiendo el tipo de sociedad apropiada (S.A. o S.R.L.) o conjunto de estas, estructurada/s en el país o países que tenga/n la menor carga fiscal, elegidos en base también a los países donde están los clientes con los que opera la empresa, pero también en base a dónde están sus equipos de trabajo (empleados o contractors) y proveedores.
Hacer una correcta planificación fiscal internacional es justamente hacer iteraciones sucesivas entre sociedades de diferentes países hasta encontrar la menor retención y/o carga fiscal.
Los accionistas por otro lado implementarán sus respectivas estructuras patrimoniales para reducir sus cargas fiscales personales. Sus planificaciones fiscales y por ende las estructuras legales que usarán para invertir estarán basadas de acuerdo con la normativa tributaria de los países donde residen.
-Estructurarse en Argentina sólo es conveniente toda vez que haya un impedimento normativo o cambiario para hacer un negocio dentro de Argentina. Dicho de otra forma, toda vez que se pueda realizar un negocio desde fuera de Argentina, hay que tomar esta opción. Su normativa tributaria, legal-laboral y legal-cambiaria está diseñada para impedir cualquier negocio hecho y derecho.
-Sí, encarar un negocio que implique competir internacionalmente por clientes e inversores, es inviable hacerlo desde Argentina.
-Escindirse de la operación en Argentina y rearmar la sociedad o sociedades operativas en el exterior, es lo que en definitiva permite dejar atrás el “lastre” que representa las normas argentinas, que tal cual comenté antes, impiden competir por clientes y recursos económicos.
-Además de eficientizar las finanzas de sus empresas y maximizar la rentabilidad de los accionistas, los emprendedores debiesen también realizar una correcta estructuración de su patrimonio, no sólo para reducir sus cargas fiscales personales, implementando técnicas que dependen de la normativa de sus países de residencia, sino también para proteger sus activos y participaciones societarias del ataque de terceras partes.
Son cada día más comunes los litigios por cuestiones comerciales, ambientales, de praxis, fiscales y de diversas otras índoles. Estar blindado de estas instancias le permite a los emprendedores y empresarios hacer foco en sus negocios.
Fuente: Iprofesional