Fecha: 2 de mayo, 2025
Los argentinos con un departamento en Miami, autos, joyas u obras de arte en Estados Unidos están alcanzados por impuestos a la herencia, pero hay buenas noticias al respecto: varios Estados los están recortando para no resultar anticompetitivos y Donald Trump quiere derogarlo a nivel federal.
El problema para los argentinos se agrava porque, si bien el impuesto a la herencia para estadounidenses tiene un umbral de casi u$s12 millones, los extranjeros no residentes están alcanzados desde u$s60.000 y, además, Florida suma su propio impuesto estatal a la herencia.
Andrés Aller, cofundador y director ejecutivo de Aller & Co., describe para iProUP como sigue los impuestos que gravan la herencia en Estados Unidos:
Se trata de un impuesto federal y estatal que se aplica a la totalidad del patrimonio de una persona fallecida antes de que los bienes sean distribuidos entre los herederos.
El impuesto sobre la herencia, en cambio, es un impuesto que se aplica a los herederos individuales sobre los bienes que reciben del difunto.
A diferencia del impuesto sobre el patrimonio, que se calcula sobre el total del patrimonio del difunto, el impuesto sobre la herencia depende de quién recibe los bienes y en qué cantidad.
Los herederos pueden estar sujetos a diferentes tasas impositivas dependiendo de su relación con el fallecido. Por ejemplo, los cónyuges e hijos pueden pagar tasas más bajas que los amigos o extraños.
Seis estados, entre ellos la Florida donde se asienta Miami, lo aplican. Este tipo de impuesto es menos común, pero algunos estados lo imponen y las tasas varían según la relación entre el fallecido y el heredero.
Mariano Sardans, CEO de la gerenciadora de patrimonios FDI, señala en la red social X cuáles son los activos que están alcanzados por el Estate Tax en los EE.UU., para el caso de Extranjeros No Residentes (non-resident aliens, o NRA) solo en la medida en que dichos activos estén situados en los Estados Unidos.
A continuación, los principales activos que están alcanzados por este impuesto:
“Después de 2005, la mayoría de los estados se han ido alejando de los impuestos sobre el patrimonio o la herencia, o han aumentado sus niveles de exención, ya que perjudican la competitividad de los estados y crean incentivos para evitar pagarlos, especialmente entre los contribuyentes ricos”, indica Aller, y describe:
“La administración Trump ha presentado formalmente un proyecto de ley ante el Congreso para derogar el impuesto federal sobre la herencia, una medida que ha generado un intenso debate entre economistas, empresarios y legisladores“, comenta Aller.
Según el exerpto, “la propuesta busca eliminar un tributo que actualmente grava los patrimonios de ciudadanos o residentes estadounidenses superiores a u$s11,8 millones con una tasa del 40%, argumentando que esta carga fiscal penaliza la inversión y la acumulación de riqueza intergeneracional“, explica.
“A su vez, para los extranjeros no residentes, los patrimonios sujetos a este impuesto son aquellos superiores a u$s60.000, lo cual hace extremadamente relevante la consideración y tratamiento de este tema para cualquier inversor extranjero”, recuerda.
Aller remarca que “el impuesto a la herencia ha sido un tema recurrente en la política fiscal estadounidense. En 2017, la reforma fiscal promovida por Trump elevó de manera significativa el umbral de exención, reduciendo el número de familias afectadas. Sin embargo, el gravamen sigue siendo un punto de fricción entre quienes defienden su permanencia como herramienta de equidad económica, y aquellos que lo consideran una doble imposición que desalienta la acumulación de capital“.
“Para que la derogación del impuesto a la herencia se convierta en ley, el proyecto debe superar varios escollos en el Congreso. La Cámara de Representantes, bajo control republicano, podría aprobar la medida sin grandes dificultades. Sin embargo, en el Senado, donde se requiere una mayoría de 60 votos, el partido gobernante necesitará convencer a al menos nueve demócratas para avanzar”, describe.
El experto acota que “de acuerdo con estimaciones del Centro de Política Fiscal, la derogación del impuesto a la herencia podría reducir la recaudación federal en aproximadamente u$s250.000 millones durante la próxima década. Esta pérdida podría intensificar los déficits fiscales y presionar futuras reformas tributarias”, advierte.
Como contracara, continúa Aller, la derogación de este impuesto podría generar una aceleración de la inversión extranjera directa, tanto a través de nuevos negocios e inversiones en real estate por extranjeros, como a través del mercado de capitales, generando mayor actividad económica, impulsando el crecimiento de Estados Unidos y promoviendo mayor empleo“.
“El debate sobre la derogación del impuesto a la herencia no solo pone a prueba la visión económica de la administración Trump, sino que también puede redefinir las prioridades fiscales del país en los próximos años. A medida que avanza el proceso legislativo, la atención estará puesta en los movimientos políticos dentro del Senado”, concluye.