El (ex) gigante alemán Deutsche Bank, reduce su plantilla en más de 20.000 personas, casi un quinto de todo su personal en el mundo.
Con los años, el Deutsche se ha ido desmoronando debido a las increíbles y terribles decisiones de su dirección. Los activos tóxicos del banco ya ascienden a la suma de u$s80.000 millones, casi cinco veces su valor de mercado.
¿Quién debe estar más preocupado? Aquél que tenga productos “enlatados o estructurados” por el propio banco. Quienes tengan cuenta en esta institución financiera es importante que contacten a su banquero y verifiquen que sus activos estén realmente a nombre del titular de la misma y que cuenten con la liquidez de mercado necesaria en caso de tener que decidir venderlos.
Este es otro ejemplo (y van…) de que jamás hay que “enamorarse” de las entidades financieras. Hoy están, pero mañana puede que no, por más conocidas que sean. Inclusive, mientras más grandes son, más fuerte pueden caer cuando las cosas salen mal.
La mejor forma de evitar estas sorpresas es asegurarse de tener un excelente equipo de asesores que trabajen para vos, o sea que JAMÁS reciban incentivos o comisiones de ningún tercero (un banco, broker, etc.), sino que sólo reciban honorarios pactados y pagados por sus clientes. Sólo quienes trabajan con intereses alineados con sus clientes, tienen el foco puesto en evitarles futuros dolores de cabeza.
Quizás este sea un buen disparador para que revises y entiendas los sobrecostos operativos que pagás con tu banco y la contraposición de intereses que tenés con tu asesor.
Abrazo,
Solicitá asesoramiento en finanzas desde acá
Mariano Sardáns
CEO de FDI.
Gerenciadora de Patrimonios
Artículos Relacionados: