Fecha: 24 de agosto, 2020
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El cepo y la brecha cambiaria que éste produce están induciendo a los exportadores a tomar como válida cualquier información que leen en las redes sociales o reciben de conocidos, con tal de que les sirva para convalidar su deseo de evitar ingresar sus divisas al tipo de cambio oficial.
Una porción de ellos dice hacer todo en blanco. Cobran sus dólares en una cuenta declarada en el exterior y luego los ingresan por el Contado con Liquidación, sin saber (o quizás sí) que existe una Ley de Control de Cambios que establece la obligatoriedad de ingresarlos a los cinco días de cobrados a través del sistema bancario, al dólar oficial. Al no hacerlo, incurren en una infracción que se sanciona por la vía penal cambiaria.
Después están los que operan en gris. Lo más utilizado es estructurar una LLC en los EEUU con su correspondiente cuenta bancaria. Con esta sociedad facturan tanto a clientes dentro como fuera de los EEUU. En las redes aparecen comentarios afirmando que mientras vivas fuera de los EE.UU. no habría que pagar impuestos en ese país, lo cual no necesariamente es correcto si facturan a clientes de EEUU. Mientras sí es correcto si facturan a empresas que no estén en EEUU, siempre y cuando la entidad no tenga sustancia o nexo en los EEUU (la LLC no debe tener oficinas ni empleados en EEUU y el Manager no debe ser residente en ese país).
Lo que tampoco saben (de nuevo, quizás sí, pero…) es que la LLC es una sociedad transparente a los fines fiscales para EE.UU. y para Argentina. O sea, aunque no paguen impuestos (income tax) en los EEUU, sí lo tienen que hacer en Argentina.
Un tema no menor para los “members” o socios de la LLC y que pocos tienen en cuenta es el Estate Tax (impuesto a la herencia), quizás el impuesto más caro en los EE.UU. para los no residentes. También está el riesgo de la exposición del Manager, que normalmente son ellos mismos, dependiendo del estado donde se domicilie la LLC.
Este último punto va en relación con que no faltan los que tienen esta estructura (LLC más cuenta bancaria) y deciden no declararla en Argentina. A este grupo hay que dividirlo en dos subgrupos:
Empiezo por el segundo subgrupo, ya que el comentario es breve. Operar con cualquier banco fuera de los EEUU, significa información que tarde o temprano le va a llegar a la AFIP. Así que dejo para el próximo subgrupo la parte más jugosa.
Los que tienen cuenta dentro de los EEUU dicen sentirse seguros respecto a que la AFIP no tiene llegada a esta información. Aunque a los fines formales es correcto, en la práctica los fiscos tienen métodos no convencionales para hacerse de información, los cuales prefiero reservármelos.
Ahora bien, listemos algunos de los riesgos a los que se enfrenta este grupo de hombres y mujeres de negocios:
-Empleados que por manejar información confidencial podrían convertirse en socios o beneficiarios de una cuantiosa indemnización.
-La necesidad de ingresar dinero a Argentina los obliga a interactuar con cuevas y/o con conocidos que necesitan la posición inversa. Esto los expone a cinco factores:
La pregunta es: ¿vale la pena correr todos los riesgos y contingencias arriba descriptos cuando reestructurando la empresa y su operación en el exterior, mediante una correcta planificación fiscal internacional, se puede llegar a casi el mismo resultado deseado, haciendo todo en blanco y declarado?
No. No vale la pena. Se corre el riesgo de cometer infracciones impositivas en Argentina y en el exterior que costarán mucho dinero. Y al mismo tiempo, correr riesgos penales serios que, en muchos países, pueden significar ir a la cárcel. Un empresario no puede darse el lujo de correr riesgos innecesarios, de tener distracciones y no hacer foco en lo que sabe y debe hacer: generar negocios, cuidar a sus clientes y mantener su equipo de trabajo encolumnado.