Fecha: 17 de julio, 2018
En una Argentina en la que reina el cortoplacismo, en la que las soluciones de hoy parecen ya no servir mañana y en la que, en materia económica y financiera, las crisis se suceden con secuencias casi perfectas, hablar de planificación financiera a 20 o 30 años, de ahorrar poco, pero sin interrupciones para alcanzar un objetivo que está varios años más adelante en el calendario, puede parecer una broma del día de los inocentes, Pero no. Más allá del contexto, y más aún en situaciones tan volátiles y cambiantes como las que se esperan para este segundo semestre del año, impera imponerse metas de ahorro personales.
Constancia y metas preestablecidas. Esa es la recomendación más escuchada por los expertos tanto en inversiones como en planificación de la etapa del retiro laboral. Es que, muy por el contrario de lo que pasaba en la época de padres y abuelos, hoy la cantidad de años que un hombre o una mujer sobrevive a la edad de jubilación de 65 años puede ser de 20 o hasta 30 años. El objetivo: tener las cuentas lo mejor ordenadas posible para que, mientras la salud acompañe, puedan disfrutarse intensamente y sin preocupaciones financieras.
“Es cierto que, en medio de la volatilidad, es más desafiante tomar una decisión, pero el impulso de un plan de retiro tiene un horizonte que va más allá de las circunstancias de corto plazo” plantea Alejandra Naughton, CFO de Grupo Supervielle. Y avanza: “A la hora de decidir en qué ahorrar es muy importante tener en cuenta el tiempo por delante para sostener la inversión y siempre reinvertir las ganancias”.
Martín Leal, profesor de UADE Bussines School, habla de la necesidad de que se creen las condiciones de largo plazo que garanticen los incentivos para que las sociedades ahorren en su retiro. “Lo fundamental para el ahorro es que exista una tasa de interés real positiva, que premie la postergación del consumo. Si las alternativas de ahorro conservadoras que estén disponibles pierden contra la inflación, no existirá una tasa de ahorro relevante para el corto ni el largo plazo”, advierte. “Desde el punto de vista regulatorio la Argentina dio un paso adelante al permitir la deducción impositiva de planes privados de fondos de retiro y de seguros de vida con capitalización. Si bien aún no se explicitaron los montos máximos de desgravación, son instrumentos que pueden incentivar una mayor planificación de futuro en los individuos”, confía Leal en referencia a los cambios introducidos por la nueva Ley de Mercado de Capitales.
“La situación económica actual no solo no debe cambiar los planes, sino que refuerza el concepto de que es necesario dedicarse a la planificación del retiro y hacerlo de una manera diversificada. Esto es no invertir solo en activos argentinos en pesos, sino también en dólares y pensar en activos del exterior para diversificar” aconseja por su parte Diego Martínez Burzaco, director de MB Inversiones.
Esteban Pereiro González .portfolio manager de HSBC Argentina, hace también un llamado de atención sobre la necesidad de privilegiar el largo plazo por sobre los vaivenes actuales. “Si estamos hablando de un plan de retiro, el análisis debe estar asentado en variables de largo plazo, y no si en un determinado mes la tasa de interés en pesos está en 40 o en 30 por ciento. Por supuesto que existen momentos en los que la coyuntura del mercado puede permitir tomar ventaja de estas situaciones y mejorar el rendimiento de la cartera de inversiones. Pero no hay que perder de vista que esta cartera tiene que estar armada pensando en el largo plazo e ir acomodándose progresivamente al acortamiento de los tiempos para el retiro y luego a las nuevas necesidades posretiro”, define. Cambiar el chip “En toda América latina se ve un comportamiento similar de los profesionales y trabajadores activos. En general, en la clase media y media alta, que es la que tiene la posibilidad de proyectar un ahorro por mínimo que sea y que son quienes se van a encontrar con el problema a la hora del retiro, se percibe poco interés o sensibilidad por el estado patrimonial a largo plazo. Hoy veo que ese segmento prioriza el consumo presente lo cual tiene, creo, su base en dos aspectos: por un lado se cree mucho en el Estado proteccionista y por el otro, no hay confianza, porque el Estado más de una vez actúa de forma confiscatoria. Ambas atentan contra un ahorro planificado y constante a largo plazo”, describe Gabriel Basaluzzo, director de la Licenciatura y Maestría en Finanzas de la Universidad de San Andrés, en una primera semblanza del argentino promedio frente al desafío de pensar o no en su futuro como jubilado. “Los anglosajones, en cambio, son más conscientes de la responsabilidad propia sobre el futuro patrimonial para el momento del retiro”, agrega.
También docente universitario y acostumbrado a tratar tanto con alumnos a punto de salir al mercado laboral como con profesionales en actividad que van por su segunda carrera o su posgrado, Leal, de UADE Bussines School, subraya la importancia de tomar conciencia sobre el tema. “El principal motivo por el cual es importante tener un plan de acción desde joven es la incertidumbre”, dice.
“La incertidumbre fundamental es durante cuánto tiempo esa persona va a tener que vivir de los ahorros generados durante su etapa activa. Asumiendo una edad jubilatoria estándar de 65 años y una expectativa de vida cercana a los 85 años hacia 2050, el desafío es financiar 20 años de vida con un déficit de ingresos. Sin embargo, dado que estamos hablando de promedios, no será muy inhabitual encontrar personas centenarias. Y más años vividos implica también mayor necesidad de financiamiento, con gastos crecientes en medicina y cuidados básicos”, lanza.
“La segunda incertidumbre -avanza- es saber cuánto cubrirá (o no) el haber jubilatorio respecto a los ingresos de la etapa activa. La tendencia a nivel global indica que las edades jubilatorias irán en ascenso, y que la prestación monetaria tienda a ser uniforme y universal. Ello podría generar un desfasaje aún mayor de ingresos en la etapa pasiva en aquellos asalariados de altos ingresos”.
Solicitá asesoramiento sobre este tema, ingresando acá
Actualmente, en la Argentina, el haber jubilatorio máximo (actualizado en el mes de junio) es de $59.314 al mes, pero hay que recordar también que rige un tope sobre el cual se hacen aportes jubilatorios que es de $ 91.523 mensuales, lo cual en algún momento hará aún más profunda la brecha o elgap a cubrir.
Tomando como base la cuenta más sencilla y de números redondos: un trabajador activo que cobra unos $ 100.000 va a recibir $ 59.300 cuando se jubile y deberá completar el resto con ingresos que genere de otro lado si pretende seguir con el mismo estándar de vida. En el mejor de los casos, y tomando como referencia el 82 por ciento móvil, la cifra mágica sería de $ 82.000 mensuales, para lo cual aún debería “agregarle” a lo que reciba de la seguridad social $ 22.700. Pero serían $ 40.000 los extras para llegar al mismo ingreso.
Estos cálculos son lo que se conocen como “tasa de reemplazo”, es decir, la relación que hay entre la jubilación que recibe un individuo en comparación con su último salario cuando estaba en actividad. Permiten ver a golpe de vista qué porción del salario “reemplazará” la jubilación. En el ejemplo anterior la tasa de reemplazo sería de 59,3 por ciento.
De este cálculo teórico para arriba, las diferencias son cada vez más grandes porque el haber máximo a recibir como jubilación es el mismo (por el tope al aporte) pero el sueldo que mes a mes recibe el ejecutivo y le permite mantener un determinado estándar de vida es 20,30 o 50 por ciento más elevado.
“Cuanto más joven se empieza a ahorrar, mayores serán los resultados del ahorro generados con mucho menos esfuerzo”, pone sobre la mesa como primera recomendación Mariano Sardáns, CEO de FDI Gerenciadora de Patrimonio. No por muchas veces escuchada y leída la premisa es puesta en práctica con regularidad. Más bien, todo lo contrario.
El esfuerzo que tenemos que hacer para llegar a una meta a los 65 o 70 años arrancando a los 30 es sustancialmente menor a la que tenemos que hacer para llegar a la misma meta si empezamos a los 40,50 o 60 años que, en muchos casos se vuelve imposible. Esto es gracias al efecto de la tasa compuesta. “La recomendación más importante -dice Sardáns- es plantearse una estrategia de ahorro y sumarle disciplina y sacrificio para cumplirla”.
Deja un tip que no falla: separar en el momento que se cobra el sueldo el monto que se ha decidido ahorrar y no al revés. “Nos terminamos amoldando a vivir con el resto que queda. En los Esta- Gol de oro Un buen método para ir formando el ansiado fondo de retiro es proponerse ahorrar e invertir, año tras año, el aguinaldo completo. Implicaría una tasa de ahorro cercana al 8,5 por ciento (algo inferior a lo ideal), pero si al invertirlo a largo plazo estuviera exento de impuestos, la acumulación sería cercana al 11 por ciento del ingreso anual. Este capital invertido a una tasa conservadora del 3 por ciento anual en dólares, generaría un fondo de ahorro previsional voluntario que permitiría estabilizar el consumo, una vez retirado, en el 82 por ciento del ingreso”. Gabriel Basaluzzo, director de la Licenciatura y Maestría en Finanzas de la UdeSA
Distracciones peligrosas
“La decisión que más atenta contra el resultado final es el desvío de fondos hacia otros fines. En una era marcada por la exaltación del presente, y con estrategias de neuromarketing cada vez más precisas, las personas sufren impulsos de consumo permanentes que las pueden desviar de la realización de otros objetivos más Importantes, como lo es el retiro”. Martín Leal, profesor de UADE Bussines School Preguntas claves “A la hora de armar el plan, el aspecto más importante a tener en cuenta es que la situación de cada persona es particular, y es por eso cada persona debe hacer este ejercicio. Consideraciones como la cantidad de hijos que uno tenga, hasta qué edad se les dará apoyo económico, o bien si existen temas particulares de salud y demás, son variables muy importantes a tener en cuenta” Esteban Pereiro González, portfolio manager de HSBC Argentina dos Unidos, es muy habitual que a determinada fecha del mes (sobre los primeros días) se descuente de la cuenta sueldo el monto que preestablecimos para ahorrar”. Para los metódicos, y mucho más para los olvidadizos, las tecnologías hoy ayudan -y mucho- a poder llevar un plan ordenado.
La realidad, claro, no siempre va de la mano con las teorías. “Los jóvenes que hoy tienen entre 20 y 22 años son conscientes de los riesgos de las inversiones y también de las dificultades económicas que experimentan las personas en edad adulta. La mayoría son nativos tecnológicos y pueden comenzar a plantearse la necesidad de una seguridad financiera futura. Lamentablemente es bastante común que sus objetivos y perspectivas se enfoquen en plazos con horizontes de cinco a 10 años` cuenta Rifat Lelic, director del Departamento de Economía y Desarrollo Profesional del ITBA. `En algunos casos, no todos, da la impresión de que sienten más cercana la necesidad de la compra de un auto o un departamento que un plan financiero que los contenga en la edad jubilatoria. El apoyo extracurricular en las casas de estudios y la generalización en el uso de las herramientas que ofrece la tecnología les abren una ventana de oportunidad difícilmente accesible antes. Además, es importante tener presente que los millennials incorporan, consciente o inconscientemente, sus valores en las decisiones de inversión, lo cual conduce a discriminar entre los activos disponibles` añade. Un plan constante La estrategia financiera para llevar a cabo durante un largo plazo debe planificarse minuciosamente, con algunos lincamientos generales inalterables, aunque de ninguna manera quiere decir que no se va a revisar periódicamente. Todo lo contrario.
“Estamos en un momento en el que el consumo aspiracional, el status, le gana al ahorro. Lo ideal sería ahorrar e invertir al menos el 10 por ciento del ingreso mensual, porque el riesgo de no hacerlo es llegar al momento de la jubilación sin activos para cubrir el gap entre lo que se va a recibir del Estado y lo que efectivamente se necesita para vivir”, plantea Basaluzzo.
Idéntica advertencia es la de Leal, de la UADE: “La decisión que más atenta contra el resultado final es el desvío de fondos hacia otros fines. En una era marcada por la exaltación del presente, y con estrategias de neuromarketing cada vez más precisas, las personas sufren impulsos de consumo permanentes que las pueden desviar de la realización de otros objetivos más importantes, como lo es el retiro”.
“La principal razón en favor de una temprana planificación financiera del retiro es simplemente matemática. Se le atribuye a Albert Einstein haber dicho que el interés compuesto es la octava maravilla del mundo. En pocas palabras, el concepto es simple de entender. Cuanto más temprano una persona empieza a ahorrar e invertir, el resultado de esas inversiones se irá reinvirtiendo a su vez con el tiempo. De esta forma, será necesario menos tiempo para llegar al objetivo deseado o una menor intensidad de ahorro a lo largo del camino”, explica Pereiro González, de HSBC Argentina.
Marcelo Elbaum, gerente de Inversiones Institucionales de Aliaría Ledesma y economista experto en planificación, también remarca la preponderancia del corto plazo sobre el largo que impera en la sociedad actual: “Cotidianamente los deseos inmediatos les ganan con holgura a las metas de largo plazo, que se van posponiendo hasta que la crisis se instala y, por supuesto, ya es demasiado tarde. Por lo tanto, hay que ahorrar desde temprano, no solo para no formar parte del club de los arrepentidos en la vejez, sino porque además es elmejor negocio. Si una persona destina cierta suma mensual a un fondo de inversión entre los 18 y los 26 años, por ejemplo, y deja que el dinero se multiplique solo sin agregar más, a los 65 años tendrá una suma idéntica a la de quien haya ahorrado ininterrumpidamente entre los 35 y 65 años.
Grafica el tablero con unos cálculos que no dejan lugar a dudas ni malos entendidos: si, por ejemplo, se ahorran $ 100 mensuales entre los 18 y los 26 años, y no se deposita más dinero a partir de ese momento, a los 65 años se tendrán $ 595.000. Pero si se comienza a los 35 años, para llegar a esa suma a los 65 es preciso depositar $ 285 mensuales. Además, en el primer caso se habrán depositado solo $9600 y en el segundo, en cambio, $ 102.000. `Es recomendable que el manejo de inversiones para el retiro sea delegado en profesionales y el motivo no será que estas personas puedan ser más precisas en sus predicciones de largo plazo, sino todo lo contrario. Debido a que saben que no existe tal precisión es que toman diversas herramientas y tipos de análisis para que la cartera de inversiones se vaya ajustando a los cambios estructurales que puedan producirse en la economía y los mercados financieros` recomienda Pereiro González.
Cambios legales
El 2018 no es un año más en lo que a retiros y pensiones se refiere. Dos reformas importantes, la previsional y la tributaria, introdujeron cambios que hay que tener muy en cuenta en la planificación. El primer gran cambio es que quien lo desee podrá seguir trabajando más allá de los 65 años que imponía la ley como edad de retiro, hasta los 70 años. Ana María Weisz, directora de Wealth de la consultora en recursos humanos Mercer, se encarga de poner blanco sobre negro la nueva situación. “La intimación al empleado para que se jubile se postergó hasta los 70 años, es decir que el empleado tiene hasta los 71 como escenario máximo de permanencia. Si permanece en el empleo tiene 72 meses más de ingreso, 72 meses para mejorar su jubilación si no llegó a la jubilación máxima ($ 59.314,97), 72 meses en que no consume los ahorros del plan de pensión o los suyos propios realizados con ese fin, y tiene 72 meses más de la capitalización”. Claro, el empleador no planificaba mantener a esta población y la reforma solo le otorga la posibilidad de no realizar contribuciones a la seguridad social por ellos. Los empleadores se plantean si pueden conservarlos y, si así no fuere, implementan planes de retiro anticipado diseñados en un marco que abarque todas las necesidades de un empleado que tal vez no esté en condiciones de reemplearse”, analiza la experta. Estos planes también le generan al empleado un ingreso que complementa la jubilación que podrá obtenerse a la edad normal de retiro (60/65). En cuanto a la reforma tributaria, el punto más interesante en lo que respecta a la proyección del retiro es que menciona la implementación de deducibilidad de aportes por parte de un individuo al seguro de retiro y a fondos comunes de inversión con destino a pensión. `Cuando se reglamente la ley sabremos más sobre este tema que es crucial. El índice Melbourne Mercer Global Pensión Index incluye entre sus sugerencias a más de 30 países luego de analizar sus sistemas de seguridad social, la posibilidad de hacer aportes voluntarios y tener incentivos fiscales. Desde mi punto de vista este es un gran paso, aporta la ejecutiva de Mercer. “Ya estamos trabajando para diseñar productos y creemos que va a tener un alcance nacional importantísimo”.
“En un marco teórico, una cartera de inversiones pensada para el retiro debería ir mutando de mayor a menor riesgo a medida que se van reduciendo los años hasta la llegada de la jubilación” añade, y subraya que “en un país como la Argentina, la reducción del riesgo no se da solo a la hora de elegir los activos de inversión sino que también se tiene en cuenta la moneda. La cartera ideal es la que cubra de la pérdida del poder adquisitivo, nos provea de liquidez periódica durante el retiro y que a la vez mantenga una volatilidad acotada”.
Alejandro Bianchi, gerente de Inversiones de InvertirOnline.com, remarca que, cuando se trata de pensar en el momento del retiro, “lo más importante es entender los riesgos, el horizonte y las rentabilidades esperadas de los distintos instrumentos donde uno irá haciendo sus inversiones” Y advierte: “Debido a la capitalización compuesta, la inflación y la devaluación, la diferencia entre simplemente guardar el dinero en el colchón versus invertirlo, e invertirlo en un instrumento que compense la inflación y devaluación o no, puede generar diferencias sustanciales en el largo plazo”.
“Por ejemplo, si miramos lo que pasó en los últimos 10 años podemos ver que la inversión en un bono argentino en dólares superó todo, seguido por una inversión en un ETF como el SPY que sigue a las 500 mayores acciones de los Estados Unidos y luego por el Merval (medidos en dólares). Y a pesar de ser las alternativas más utilizadas por los argentinos, guardar dólares en el colchón o invertir en plazos fijos han quedado bastante por detrás”, explica Bianchi.
Los datos son elocuentes y ponen en blanco sobre negro que, tener un plan, aun en un país en el que las reglas cambian tan seguido, es mucho mejor que andar a la deriva.
Tecnología
Planificación en pantalla. En la era digital, las fintech se transformaron en un aliado para el manejo de las inversiones. Los brokers online y las apps que permiten armar planes de ahorro a medida desde el celular. Qué recomiendan los expertos. Las finanzas y las nuevas tecnologías sellaron su alianza hace ya tiempo, primero con algunas pocas operaciones bancarias online y después con un canal más aceitado que fue sumando opciones en el mercado de capitales. Desde una app, desde el celular o una tablet, el universo completo de las inversiones está ahí esperando, solo a un click de distancia.
El crecimiento de las llamadas fintech en la Argentina está en plena curva ascendente. “Es un gran desafío entender que lo que viene es a través de las apps, de los smartphones, ya ni siquiera a través de la web, porque esa es la tecnología que capta a las nuevas generaciones, a los que hoy tienen 20 años y van a querer en un tiempo empezar a ahorrar e invertir” explica Martín de los Santos, vicepresidente de la Cámara Argentina de Fintech.
“En la Argentina se avanzó mucho en el último tiempo en dos puntos fundamentales para agilizar la operatoria digital. Se automatizó la apertura de cuentas, fondeo e inversión (ya no hay que firmar formularios físicos), algo impensado hace tres años, y los bancos empezaron a introducir nuevas maneras de interactuar con el cliente, usando tecnología y pensando en apps como primer punto de encuentro”, detalla de los Santos.
Desde aplicaciones para aprender sobre el manejo de las finanzas personales hasta simuladores de inversiones y, obviamente, plataformas para operar online con todo tipo de activos locales y extranjeros, el mundo digital ya reina en el mundo financiero y hay que aprender a sacarle ventaja para diseñar un plan de inversiones que respalde a la hora del retiro.
“El manejo financiero requiere acceso a la información, conocimientos de finanzas, disponibilidad de dinero para afrontar mínimos por operación y comisiones elevadas, y el cumplimiento de requisitos regulatorios”, plantea de inicio Juan Manuel Menazzi, director del Centro de Emprendedores del ITBA, para inmediatamente avanzar sobre cómo la tecnología viene abriendo camino y simplificando lo que antes era reservado para pocos: “Las nuevas generaciones, con el uso de las tecnologías, consiguieron redefinir el modelo. Gracias a esto, aparecieron nuevas herramientas y modelos de negocios conocidos comofintech, y muchos nuevos jugadores invierten y participan del mercado financiero, un espacio reservado tradicionalmente a inversores sénior o profesionales de finanzas”. Haciendo punta Entre los primeros en aparecer en el universo tech de la argentina figuran Portfolio Personal e InvertirOnline, las dos que de algún modo tomaron la delantera y abrieron camino cuando no se hablaba defintech. Llevan ya muchos años haciendo tradingde manera virtual. Atrás se fueron sumando (y seguirán apareciendo) más plataformas dirigidas, la mayoría de ellas, a inversores minoristas, no sofisticados ni expertos. De algún modo, vienen a democratizar y a hacer cada vez más accesible el mundo de las finanzas.
“El interés de poder manejar las inversiones a través de plataformas tecnológicas crece en forma exponencial”, asegura Paula Premrou, CEO de Portfolio Personal. “No solo lo demandan las nuevas generaciones que están muy acostumbradas a la autogestión sino también los clientes tradicionales, que ven en ellas una mayor transparencia y eficiencia para el manejo de sus inversiones”.
“La principal ventaja que ofrecen los brokers online es el esquema de arquitectura abierta que tienen algunos de ellos -no todos-, que implica que buscan poner a disposición de los inversores la mayor oferta de productos posibles”, describe Premrou.
“Los nativos digitales (y los no tanto) se sienten especialmente atraídos por las nuevas tecnologías disponibles que les permiten obtener fácilmente planes personalizados y proyecciones atinentes a sus inversiones bursátiles. Los desarrollos digitales disponibles unen la facilidad de invertir con la experiencia y confiabilidad de las compañías administradoras”, postula Rifat Lelic, director del Departamento de Economía y Desarrollo Profesional del ITBA.
Y subraya: “Los millennials necesitan salvar una pequeña brecha consistente en algunos conocimientos financieros básicos que les permitan empezar de cero! Estos conocimientos se pueden obtener en capacitaciones extracurriculares e incluso a veces gratuitamente en Internet. Utilizar la tecnología facilita todo”. Armar el plan Actualmente, muchas fintech le permiten al público general usar herramientas automatizadas que facilitan el armado de un plan de retiro a futuro. También hacer simulaciones, “jugar” con distintas variables, cambiando aportes, horizonte y tipo de riesgo a asumir para ver cuáles serían los resultados potenciales o hipotéticos en cada caso.
En particular, InvertirOnline.com lanzó en junio una nueva herramienta denominada “Plan de Inversión” donde el cliente puede armar según su perfil (más o menos conservador, con una pizca de tolerancia al riesgo, entre otros) una inversión programada, explica Alejandro Bianchi, gerente de Inversiones de IOL, la plataforma que recientemente fue adquirida por Banco Supervielle.
“El plan de inversión -avanza-, le permite luego de seleccionar su perfil a través de una encuesta invertir su dinero de manera muy simple en un conjunto de Fondos Comunes de Inversión (FCI) que cumplen con el criterio de riesgo y retorno acorde a su perfil. A su vez, una vez armado el plan, uno podrá ir haciéndole nuevos depósitos de dinero cuando lo desee (la plataforma permite programar débitos directos desde la cuenta bancaria) e ir haciendo el seguimiento de los retornos a través de la web”
Las fintech vienen a “democratizar” y hacer más accesible el mundo de las finanzas.
En InvertirOnline se puede arrancar con un mínimo de $ 10.000. La cuenta se abre totalmente online y el mantenimiento es gratuito si se hace al menos una operación al mes. Se puede operar a través del smartphone o de la computadora, y las cotizaciones son en tiempo real, lo mismo que el estado del portafolio de cada cliente.
Adicionalmente, los brokers online tienen una gran cantidad de herramientas que se combinan con distintos niveles de asesoramiento, para poder ayudar a los inversores a construir la estrategia de inversión más adecuada para sus obj etivos de mediano o largo plazo. “Lo más relevante para un plan de retiro no es la planificación inicial, sino la revisión a través del tiempo de la estrategia para evaluar si se está cumpliendo o no con los objetivos establecidos. Es ahí donde la tecnología es fundamental ya que, a través de distintas herramientas, se puede ir verificando la existencia de desvíos” subraya Premrou.
Una de las apps es iBillionaire, que por ahora opera en Estados Unidos pero planea también desembarcar en el país (se encuentra haciendo los tramites de autorización correspondientes). De los Santos hace hincapié en una de las grandes ventajas de la tecnología aplicada a la inversión y a la administración de carteras: “Se automatizaron las recomendaciones de inversión. La tecnología elimina conflictos de intereses que pueden existir entre el asesor de ganar comisiones y el cliente de generar retornos”.
“Plataformas como iBillionaire permiten seguir las carteras de los principales inversores, copiar sus elecciones e invertir en ETFs (fondos de inversión que combinan diversos activos y cotizan en mercados secundarios)”, explica Menazzi, del ITBA. Para alguien que quizá nunca se interesó por las finanzas y las inversiones, puede ser un buen incentivo “espiar” en qué invierten famosos y millonarios como George Soros o Warren BufFett.
Las aplicaciones se bajan desde las tiendas de Android o AppStore. En el caso de iBillonaire, la pantalla del smartphone del cliente o visitante desplegará los nombres de los magnates y administradores de carteras más importantes del mundo, tomando como referencia los que mejor performance tuvieron en sus carteras de inversión en el último tiempo.
Uno de los últimos debuts en el mercado local fue Qienna, una plataforma creada por argentinos en los Estados Unidos, que posibilita invertir en ese mercado desde cualquier dispositivo móvil. Qienna Wealth Management es una empresa estadounidense fundada por argentinos y regulada por la comisión de valores de los Estados Unidos (SEC) como administrador de inversiones, que trabaja con casas de bolsa reguladas para brindar una estructura de seguridad que muy pocas firmas ofrecen en América latina, define Nicolás Galarza Ricci, CEO de Qienna. “La compañía nunca toca los fondos de los clientes, sino que estos están en una cuenta comitente (de inversión) en una casa de bolsa de los Estados Unidos y esos brokers son miembros de FINR A y de SIPC, que es una institución creada por el congreso estadounidense para ofrecer una protección de hasta US$ 500.000 a cada cuenta de inversión encaso de cierre de la casa de bolsa” aclara el ejecutivo cuando es consultado sobre la seguridad de la operatoria.
“Adicionalmente, -avanza Galarza Ricci- la compañía abrió una nueva sociedad en la Argentina que se está registrando bajo la regulación aprobada hace pocas semanas por la CNTV, para brindar una capa de seguridad y transparencia a nuestros clientes adicional a la regulación de la comisión de valores de los Estados Unidos”.
Qienna tiene un monto mínimo de inversión de US$ 1000y, para cuentas de menos de US$ 10.000, cobra US$ 50 por única vez al iniciar la inversión. Además, en concepto de honorarios de administración, cobra el 0,1 por ciento mensual del valor de la cuenta. “Esta modalidad marca una diferencia con el método de cobro tradicional de las casas de bolsa locales, donde incluso quienes administran la cuenta de inversión cobran hasta un 1,5 por ciento por cada compra o venta, generando un conflicto de interés con el cliente” opina Galarza Ricci
Otra plataforma que ya asentó sus bases en el mercado local es Afluenta, una red online de finanzas colaborativas que une puntas: entre quienes necesitan el dinero para desarrollar algún tipo de proyecto o emprendimiento y quienes están dispuestos a prestarlo. Intermediación financiera, pero sin bancos.
“Los préstamos se convierten en una oportunidad de inversión” detalla Alejandro Cosentino, CEO y fundador de Afluenta, y refuerza: “El préstamo se convierte un activo”.
El contraataque de los bancos
Más tradicionales, los bancos no vienen del mundo online pero van subiéndose a la tendencia. Ya no solo se pueden operar cuentas, inversiones y transferencias por la web, sino que cada vez son más las entidades que lanzan sus apps en las que además de la operatoria bancaria tradicional, también se pueden dejar órdenes de compra y venta en el mercado de capitales. Enrique Emiliozzi es el jefe del Centro de Inversiones de Banco Hipotecario y acaba de poner en funcionamiento una app con una interfaz rápida y de diseño muy sencillo. “Nuestro objetivo es acercar el mercado de capitales a los clientes porque vemos que es la tendencia: ya se abren mas cuentas online que en la sucursal”, dice el ejecutivo, con vasta experiencia en el manejo de inversiones y planificación financiera del retiro, ya que desde 2003 asesora en la materia a las cajas de previsión profesionales de las provincias. “Desde la app se puede abrir un cuenta comitente y operar con costos que son 50 por ciento inferior a los de, por ejemplo, la operatoria telefónica”, añade. Otro banco que está tomando la delantera en el manejo de inversiones online es Supervielle. “Tenemos varias empresas que pueden asistir de distinta manera dependiendo de las circunstancias de cada persona. Ofrecemos productos bancarios, Supervielle Asset Management tiene una amplia familia de FCI y sumamos InvertirOnline que, a través de su plataforma digital, permite la transaccionalidad de todo tipo de instrumentos financieros”, explica Alejandra Naughton, CFO del Grupo Supervielle. En HSBC preparan también el terreno. “Los recientes cambios regulatorios (en referencia a la posibilidad de abrir cuentas comitentes online) van a dar un fuerte envión a los productos de ahorro previsional a través de productos relacionados a seguros y FCI`, dice Esteban Pereiro González, Portfolio Manager de HSBC Argentina. “Estamos desarrollando ambos aspectos para brindar alternativas lo más abarcativas e integrales posibles. El ahorro para el retiro presenta complejidades singulares, partiendo de que estamos hablando de una situación [el retiro] que conlleva la necesidad de hacer muchos supuestos a futuro hasta lo más básico, que implica trasladar consumo presente al futuro”, explica Pereiro González y subraya: “La tecnología jugará un papel fundamental en el proceso”.
Afluenta tiene actualmente 9500 inversores y un stock de préstamos de $ 500 millones. “El mínimo para invertir es de $ 5000 y, en promedio, nuestros clientes tienen unos $ 75.000 distribuidos en distintos proyectos a financiar que ellos mismos eligen de acuerdo al perfil de riesgo”, aporta Cosentino.
Desde la web se puede simular la inversión y obtener proyecciones. El dinero en juego debe estar en una cuenta bancaria; desde ahí se invierte y a esa misma cuenta le llegará mensualmente la amortización de capital y el pago de intereses. “En promedio, el 90 por ciento de nuestros clientes reinvierte el dinero que va recuperando y cerca de un 60 por ciento agrega más capital” asegura Cosentino. El retorno histórico de Afluenta es de 42 por ciento, aunque en estos últimos meses la suba de tasas también llegó a la plataforma elevando el interés promedio al 48 por ciento.
“Un dato muy interesante es que, si bien las financiaciones son a plazos de entre 12 y 48 meses, a través de nuestra plataforma los inversores pueden obtener liquidez cuando lo deseen vendiendo su participación a otro inversor”, aclara Cosentino.
Del mismo fundador que iBillonaire, el recientemente fallecido Alejandro Estrada, opera en la Argentina Moni.com, cuya aplicación también se baja al celular. En este caso se invierte en fideicomisos que tienen como activos subyacentes créditos online.
El mundo digital abre un nuevo universo a los inversores, suma ventajas, agilidad y menores costos y, sobre todo, permite que cada uno maneje su ritmo propio. Así, cada uno puede tomarse el tiempo para investigar en la web y en las apps, para aprender sobre finanzas y vocabulario técnico en la “solapa” de educación que tienen la mayoría de las plataformas o hacer simulaciones y cálculos sobre la base del capital propio y las posibilidades de ahorro. Las ventajas de operar online En lo atinente al acceso a la información -que fue siempre reservada o brindada con delay a quien no fuera un inversor profesional- las modernas aplicaciones y portales financieros permiten monitorear todo tipo de activos en tiempo real las 24 horas. Desde las apps hay posibilidad de tomar cursos online para aprender sobre finanzas personales en general o sobre determinado activo en particular. Operar a través de plataformas online es mucho más económico que hacerlo del modo tradicional. Los fees pueden bajar a la mitad. Esto rige tanto para los brokers online como para los bancos que tienen tarifas diferentes para unos u otros canales. Atención: esto puede impactar mucho en el resultado final. Las aplicaciones, o al menos algunas, empiezan a ofrecer la posibilidad de generar un ahorro sistemático a largo plazo, con débitos preestablecidos en las cuentas bancarías o tarjetas de crédito, con opciones de inversión fáciles de entender y totalmente selfservice en lo que es la gestión. Igual, siempre hay asesoramiento personalizado si se requiere vía telefónica.
Claves para administrar el retiro
Los consejos a seguir cuando se aproxima la fecha. Atarse a activos que generan mucho gasto y poca renta, uno de los principales errores que hay que evitar. Los tips de los expertos para armar la cartera y eludir la volatilidad de la coyuntura con vistas al largo plazo.
Ahora es tiempo de desandar el camino. Evaluar si lo ahorrado y lo invertido permitió llegar a los resultados deseados -lo cual se supone fue siendo chequeado a lo largo de los años- y armar la estrategia financiera que permita disfrutar de 20 o 30 años de madurez y vitalidad, con las cuentas bancarias listas para financiar esos gustos postergados. Puede ser desde viajar hasta tomar un curso de eso que toda la vida fue un hobby, comprar autos antiguos para restaurarlos o simplemente buscar el mejor sillón para disfrutar de todas esas lecturas que quedaron sin leer. No hay planes chicos o grandes, pero sí hay situaciones en las que se puede estar más cómodo (financieramente hablando) que en otras.
Highlights
Una posibilidad interesante para la etapa de retiro es invertir en una cartera de bonos de mediano y largo plazo que generen un ingreso periódico a través del vencimiento de sus cupones. La clave aquí, para no perder, es que sea en una moneda fuerte y el inversor tenga conciencia de que en tanto y en cuanto no necesite vender ninguna de las posiciones el retorno de esa cartera se cumplirá en el tiempo. Por lo cual permanecer invertido en esa cartera hasta el final de cada uno de los títulos le generará un ingreso adicional para compensar la etapa no productiva` plantea Jackie Maubré, directora de Cohén.
“A medida que una persona va llegando al momento de su retiro laboral, su cartera de inversión debería reflejar este hecho reduciendo el riesgo y también la volatilidad” postula como primera recomendación Esteban Pereiro González,portfolio manager de HSBC Argentina. “Es esperable que la cartera de inversión de una persona próxima al retiro o que ya se retiró esté sesgada a inversiones en activos de renta fija para mantener, por un lado, cierta cobertura al aumento del costo de vida y, por otro, para darle al individuo un flujo periódico de ingresos como un complemento a la jubilación”.
Marcelo Elbaum, gerente de Negocios Institucionales de Aliaría Ledesma, advierte que resulta muy efectivo utilizar lo que Brad Stark y Seth Streeter (ambos especialistas en lo que hoy se denomina “planificación financiera consciente”, un movimiento que tiene como eje la riqueza más allá de lo netamente financiero) llamaron la regla del “90/70/30”.
“En esta regla, el 90 se relaciona con los gastos acordes con el estilo de vida conocido: se supone que una persona en la edad pasiva gasta el 90 por ciento de lo que gastaba en la edad activa” explica y completa: “El 70 por ciento se refiere a la máxima cantidad de activos que se deberían invertir para lograr “ingresos” y el 30, con las inversiones que generan apreciación”. De ese 90 por ciento, avanza Elbaum, el 70 por ciento se debe generar con activos que tengan un ingreso predecible como los bonos, las propiedades o los fideicomisos. Y el 30 por ciento debe invertirse en activos que generen apreciación como las acciones, “dado que el principal enemigo es la inflación y, que ante una expectativa de vida cada vez más prolongada, se puede descubrir en algún momento que los ingresos previstos no alcanzan para mantener el estilo de vida”.
“Vivimos más de lo que pensamos -remarca Elbaum- y lo cierto es que es mejor que el dinero lo sobreviva a uno a que uno deba sobrevivir sin él”. El economista, que es autor de varios libros sobre planificación financiera, remarca que estudios a escala global demuestran que “quienes serán los jubilados del futuro no poseen una estimación real de la expectativa de vida actual y, por consiguiente, subahorran para su retiro”.
Los errores comunes
Maubré remarca que uno de los errores más comunes de esta etapa consiste en tener un patrimonio compuesto en un porcentaje inapropiado de activos no productivos. “Para la etapa de retiro es relevante entender el cash flow del patrimonio. La cuenta es básica. Deberán reconocer los gastos que generan los bienes no productivos tales como casas y autos, y tener claro cuál es el nivel de ingresos y cuáles son las fuentes de generación de esos ingresos. En el caso en el que la cuenta no cierre, hay que hacer un rebalanceo de ese patrimonio”. Y explica: “Por ejemplo, si se tiene más de una propiedad es posible que haya que alquilar alguna o venderla para balancear la ecuación de ingresos y egresos”.
Desglosando errores, Diego Demarchi, gerente de Wealth Management de Balanz Capital, dice que la equivocación típica que cometen los inversores en general es “forzar las inversiones porque desean vivir de los intereses sin consumir capital, lo que acarrea el dilema de asumir riesgos de más sin considerar el perfil de cada uno de manera honesta”. Y agrega: “Es esencial conocer nuestro perfil al momento de decidir realizar inversiones ya sean financieras, en inmuebles o en la economía real y, sobre todo, no realizar inversiones que no se comprenden”.
“Otro de los errores -remarca Demarchi- es invertir en una sola categoría de activos o, dicho de manera sencilla, poner todos los huevos en la misma canasta”
Portfolio posretiro
“Una persona recién retirada, o muy próxima a hacerlo, debería modificar su estrategia de inversión sesgándola a activos de menor madurez, más conservadores y de mayor calidad crediticia. Esto es, en el ámbito local, letras del tesoro y bonos en dólares de corto plazo. En el ámbito internacional, bonos soberanos de países AAA, bonos corporativos de empresas de primera línea y acciones de compañías maduras que paguen una alta tasa de dividendos”, aconseja Martín Leal, profesor de UADE Business School, y remarca que ” la volatilidad es la principal enemiga de la edad”.
“Un mercado accionario fuertemente bajista puede poner en alto riesgo una cartera muy expuesta a la renta variable y fallar en el objetivo de compensar el haber jubilatorio para poder mantener el estándar de vida de la etapa activa”, explica Leal.
“No hay una cartera objetivo que se ajuste a todos los momentos del mercado financiero ni mucho menos a las particularidades de cada persona. En líneas generales, la cartera de inversión de una persona en vísperas de un retiro laboral inminente o que ya se ha retirado debería estar hoy igualmente expuesta a pesos y dólares (50 por ciento/50 por ciento)”, plantea Pereiro González. “En el caso del 50 por ciento de exposición a pesos, habría que buscar inversiones que cumplan con los siguientes requisitos: liquidez, cobertura inflacionaria, acotada volatilidad, bajo riesgo crediticio” advierte.
Su propuesta está pensada para un individuo sin posibilidades de acceder a inversiones en productos fuera de la Argentina y suponiendo necesidades posretiro dentro del promedio. Recomienda valerse de los fondos comunes de inversión (FCI) para lograr diversificación y manejo profesional. “La porción en pesos estaría invertida de la siguiente manera: 5 por ciento en instrumentos de corto plazo con elevada liquidez (ejemplo: Fondos Comunes de Corto Plazo en pesos); 30 por ciento en instrumentos que ajusten por inflación (ejemplo: Fondos Comunes con objetivo CER); 15 por ciento en instrumentos que ajusten por tasa Badlar (Fondos Comunes de Renta Fija en Pesos de Mediano/Largo Plazo)”.´ Y completa: “La parte de la cartera en dólares la colocaría 35 por ciento en FCI de corto plazo en esa moneda y 15 por ciento en fondos también en dólares pero de mediano plazo”.
La recomendación de Demarchi, de Balanz Capital, para la etapa de retiro es tomarse el tiempo “para definir el plazo de las inversiones y si se tendrán necesidades de efectivo líquido en el corto, mediano o largo plazo, ya que no es lo mismo vender un bono de la expectativa de vida y subahorran para el retiro” y tener el dinero en 48 horas que vender un inmueble al precio que el mercado defina y con los plazos y costos particulares de este tipo de operaciones. Según su visión, “una cartera compensada en diferentes activos y monedas con control de los plazos es la estrategia correcta que ayudará a lograr los objetivos planteados por cada cliente en su situación particular”.
Invertir en economía real es una opción interesante para una porción del portafolio. Hay que tener en cuenta que, en este caso, el dinero queda inmovilizado por un plazo de tiempo mayor y salir no es rápido. En este segmento aparece desde el real estáte hasta algún tipo de negocio comercial y/o franquicia.
Para ese porcentaje de la cartera, desde Adblick recomiendan dos proyectos: ganadería, que se encuentra en pleno desarrollo ante las buenas perspectivas que está recobrando el sector, y campos, “que es una propuesta de inversión segura, que permite generar una reserva de valor dada por la revalorización de la tierra en el tiempo” explica José Demicheli, director de la compañía dedicada a la gestión de fondos en el sector agroindustrial. “La renta anual se obtiene mediante el arrendamiento de las tierras aptas para el desarrollo de la actividad agrícola-ganadera. En el caso de ganadería, el valor del ticket mínimo es de $ 300.000 y la rentabilidad objetivo es del 8 por ciento en dólares. En campos, el ticket mínimo es de US$ 50.000, la rentabilidad anual es del 3 por ciento y la valorización estimada por año es de aproximadamente el 5 por ciento”. Invertir en economía real es una opción, pero hay que tener en cuenta que la salida no es rápida.
Qué porcentaje invertir en este tipo de bienes “reales” dependerá mucho de la espalda financiera de cada uno. Pero, en líneas generales, no debería superar el 30 por ciento por ciento del portafolio, ya que son inversiones de las que toma tiempo salir (ilíquidas).
Finalmente, un dilema que se plantea a menudo en el posretiro es si echar mano del capital para complementar la jubilación que se recibe del Estado para darse algún gusto “extra” o ajustar el cinturón para retirar solo la renta de las inversiones.
“Retirar el interés o comenzar a retirar también parte del capital dependerá de los objetivos y los haberes jubilatorios de cada persona. Si solo con la jubilación y los ingresos de renta se logra el estándar de vida esperado, puede mantener el capital y luego heredarlo a las próximas generaciones. De no ser así, deberá elaborarse un plan para ir retirando parcialmente el capital, en la medida que la renta no soporte el nivel de gastos necesario”, explica Leal.
La recomendación del economista Diego Martínez Burzaco es “bajar el riesgo de las inversiones a medida que nos acercamos a la edad de retiro y solo retirar el dinero que se necesita mensualmente para complementar ingresos, dejando el otro para que siga trabajando y generando más ingresos”.
La (dura) realidad de los autónomos
Quienes son independientes, sea con el ejercicio de su profesión o con una empresa o comercio, están en peor situación a la hora del retiro que quienes trabajan en relación de dependencia. Los haberes jubilatorios de los autónomos y de los monotributistas están en los límite inferiores de la escala (el mínimo actual es de $ 8200). Esto sucede porque el aporte mensual está relacionado a un nivel de referencia (categorías) que estipula el Estado y no a un porcentaje sobre lo que realmente gana como sucede con los empleados en relación de dependencia. “La planificación y la previsión son fundamentales en estos casos” destaca Enrique Emiliozzi, jefe del Centro de Inversiones de Banco Hipotecario, que desde el año 2003 asesora a muchas cajas de previsión profesionales del interior del país y conoce al dedillo la realidad de este sector. “Vemos que hay dos momentos diferentes entre los profesionales. Están los de 30/35 años a los que, si bien les interesa el tema de armar o pensar en un fondo de retiro, tienen su prioridad puesta en el ahorro con otros objetivos más relacionados al progreso, como puede ser la casa propia o su consultorio o estudio. Después están los de más de 40 años, que empiezan a pensar muy concretamente en lo que ellos llaman la segunda jubilación”, plantea el ejecutivo y cuenta que lo que se ve con frecuencia es que reparten la inversión entre activos financieros y activos reales vinculados en este caso a su propia profesión. El que es médico aspira a tener consultorios que luego alquile o una participación en una clínica; el bioquímico, sus propias farmacias, y los contadores o abogados sus estudios y carteras de clientes.
Actualidad
Desafío de género
Las mujeres viven más que los hombres, ganan menos y suelen tener irregularidad laboral en su carrera. Cómo planificar las finanzas para afrontar el retiro. La incertidumbre respecto a la seguridad financiera en la etapa pasiva atraviesa a todos los géneros y clases casi por igual. Sin embargo, las mujeres están, en este sentido, en una situación algo más frágil que sus pares del sexo opuesto: solo el 31 por ciento de ellas, frente al 39 por ciento de los hombres, se muestra confiada en que logrará tener recursos para afrontar tantos años retirada como viva; y apenas el 20 por ciento piensa que logrará ahorrar lo suficiente para su jubilación.
Los datos surgen del estudio Healthy, Wealthy&Work-Wise: “Los nuevos imperativos para la seguridad financiera”, realizado por la consultora global en recursos humanos Mercer. El informe resalta que “en comparación con los hombres, las mujeres están planificando menos, tienen menos capacidad de ahorro, contribuyen menos a planes de inversión y tienen menos confianza en que se jubilarán bien. En consecuencia, las mujeres están más estresadas por su seguridad financiera actual y futura”.
“Es frecuente que muchas mujeres no manejen sus ahorros porque unifican (por convicción o de hecho) sus ingresos, delegando la administración en el varón de la familia”, arranca el análisis de la situación Alejandra Naughton, CFO de Grupo Supervielle. Adicionalmente, se pueden jubilar cinco años antes lo cual, si bien es un reconocimiento por su habitual doble responsabilidad laboral y familiar, acorta el tiempo de ahorro y por ende el tiempo de acumulación. Finalmente, tal vez por estar bien cerca de los precios de la canasta familiar y por ser muy conscientes de lo que significa la administración familiar tienden a tener grandes preocupaciones y bien fundadas a la hora de imaginar el retiro por delante como muy desafiante”, define la ejecutiva.
“El estado laboral y las disparidades en los ingresos afectan la capacidad de las mujeres para planificar y ahorrar”,´destaca por su parte Ana María Weisz, directora de Wealth de Mercer Argentina. Además, agrega, “los ciclos de trabajo de las mujeres son diferentes a los de los hombres, lo que genera diferencias en la cantidad de dinero que se gana”.
Un estudio publicado este año por Merrill Lynch pone el foco también sobre las necesidades financieras especiales de las mujeres para afrontar con éxito la etapa del retiro. Bajo el título “Women & Financial Wellness”, remarca que, si bien el tema de la longevidad debe ser un factor de análisis en la planificación financiera de todos, “mucho más debe serlo para las mujeres que, en promedio, viven cinco años más que los hombres”. De hecho, el 77 por ciento de las personas que enviudaron son mujeres. “Esto significa que ellas son más propensas a estar solas e impera ser financieramente autosuficientes”, advierte el informe.
El relevamiento de Mercer, que se realizó en 12 países, contó con la participación de 7000 adultos mayores de 18 años y 600 líderes en toma de decisiones, tanto del sector público como privado. Entre los resultados más relevantes, figura que las mujeres continúan ganando menos en las mismas ocupaciones, trabajan en empleos con menor remuneración, tienen más lagunas laborales, hacen más trabajos de jornada parcial y pasan más años fuera de la fuerza laboral cuidando a los demás, lo que afecta negativamente sus ingresos de por vida.
Por otra parte, dado que las mujeres ganan menos que los hombres en promedio, los beneficios de jubilación vinculados a los ingresos se traducen en pensiones más bajas para las mujeres. Además, ellas son más propensas a gastar sus ahorros en el cuidado de otra persona en lugar de quedarse con el dinero para sus necesidades.
Sobre los mismos ejes pone el foco Merrill Lynch en el informe que presentó a comienzos de 2018. “Es necesario que las mujeres reconozcan los desafios financieros a los que se enfrentarán. Estos pueden incluir desde interrupciones de carrera, vidas más largas, más longevidad que habrá que financiar y un mayor costo de gastos de salud”, describe y recomienda: “Guarde dinero y planee sus inversiones para estas eventualidades”.
Cuatro razones para sentirse inseguras
Son varias las razones que convergen en la sensación de inseguridad financiera más intensa en mujeres que en hombres:
» En primer lugar, la mujer gana menos que el hombre, pero no es el único factor.
»La mujer tiene ingresos y egresos de la vida laboral, lo cual genera baches de ahorro. El advenimiento de los hijos muchas veces hace que la mujer resigne algunos años de su carrera, hecho que provoca una “laguna” en lo previsional y en el ahorro mandatorio o voluntario que pueda estar realizando. Hay un factor muy importante que rara vez se tiene en cuenta y que se potencia en el género femenino: el `care givincf´, el cuidado de los otros. La mujer se ocupa en un porcentaje mucho mayor que el hombre de la tarea de cuidar a otros durante su vida y es capaz de resignar promociones que le exijan menor dedicación.
«La mujer vive más y los sistemas de seguridad social le permiten jubilarse antes. Si acepta hacerlo, contará con una jubilación menor por todo lo expuesto y menor cantidad de ahorros que un hombre en similar situación.
Manejo de inversiones
La diferencia de género se siente también en la forma que las mujeres manejan sus ahorros y sus inversiones. “La mujer es, por lo general, más adversa a tomar riesgo en sus inversiones pero, a favor, son menos impulsivas y suelen tomar decisiones más racionales y pensadas”, indica Diego Martínez Burzaco, director de MB Inversiones. Resalta, sin embargo, que “de a poco se van metiendo en cuestiones de finanzas, pero les falta romper la inercia”.
Cuando llega el momento de planificar, “lo más relevante es la perseverancia en el plan de ahorro diseñado y la revisión sistemática del cumplimiento de los objetivos de inversión”, advierte Paula Premrou, CEO de Portfolio Personal. En eso no debería haber distinciones de género pero las mujeres, en general, si bien son más cuidadosas al asumir riesgos, también suelen posponer el ahorro de largo plazo para atender o priorizar necesidades familiares de corto. “En la Argentina no hay todavía un concepto de ahorro a largo plazo y en la mayoría de los casos el ahorro no es consecuencia de un plan determinado sino el resultado restante de los consumos realizados. Tampoco hay cultura de inversión, por lo que la educación financiera es fundamental para comenzar a implementar este tipo de estrategias”, enfatiza con la mirada puesta en el largo plazo.
En este punto, en el de generar un plan activo de inversión, las mujeres fallan más que los hombres, pero cuando logran subirse a esa meta obtienen buenos resultados. De acuerdo con los datos presentados por Merrill Lynch, “un 41 por ciento de las mujeres informa que su mayor arrepentimiento financiero es no invertir más”. Otros datos que sobresalen: 59 por ciento de las mujeres informa que no están utilizando la inversión como una forma de perseguir sus metas financieras. 60 por ciento dice no tener el conocimiento para invertir. 34 por ciento no tiene confianza en los resultados de un plan de inversiones. Las mujeres que logran armar un plan de inversiones cambian su mirada a futuro: 77 por ciento dice que siente que podrá ahorrar suficiente dinero para que les dure el resto de su vida.
Cambio empresarial
Dentro de las empresas que tienen planes de pensión para sus empleados, lentamente se empiezan a introducir a escala global elementos distintivos y específicos por género. El norte está puesto en entender que programas de jubilación y ahorro más “a medida” pueden ser un elemento distintivo a la hora de atraer talento femenino.
En la Argentina, la velocidad de cambio es más lenta y los planes de pensión locales, en la actualidad, no distinguen géneros. “El fondeo es igual para hombres y mujeres”, dice Weisz y propone inmediatamente hacer un zoom sobre las cuestiones particulares que terminan afectando el bolsillo previsional o de largo plazo de las mujeres: “El 70 por ciento de la práctica (planes de pensión) distingue como elegibles a directores y gerentes, poblaciones en las que la mujer todavía es minoría”.
Desde su mirada de especialista en recursos humanos y compensaciones, Weisz remarca que, a futuro, “los enfoques efectivos para ayudar a las mujeres a mejorar su bienestar financiero deben incluir en las empresas programas y educación orientados a sus necesidades financieras, actitudes y comportamientos específicos. Por ejemplo, talleres de inversión y planificación financiera solo para mujeres, monitoreo de tasas de ahorro y opciones de inversión por género o permitir contribuciones variables para remunerar diferentes acuerdos laborales”.