A los importadores y/o vendedores de productos o servicios con insumos dolarizados, los vuelve más competitivos: la suba del dólar deja de ser un temor. Pueden vender en pesos, a plazo y sin cláusulas de ajuste. Desaparece el riesgo de perder el margen de ganancias o -peor aún- de no poder siquiera reponer el stock. Esta herramienta les evita perder ventas cuando exageran y le cargan a las facturas un tipo de cambio demasiado alto para estar cubiertos.
Para los exportadores y/o vendedores de servicios en dólares, su uso es también altamente beneficioso. Les permite vender a plazo sin por ello estar expuestos a la baja del dólar dado que sus ventas son en esta moneda pero sus costos son en pesos (corriendo el riesgo de perder el margen de ganancias o, peor aún, de haber vendido a pérdida).
Un tercer grupo de beneficiados son quienes quieren asegurarse la dolarización de todo o parte del capital de trabajo en pesos (caja operativa + cuentas a cobrar + otros no dolarizados) o los saldos transitorios colocados a tasa (en Lebacs, por ejemplo) sin por ello tener que desarmar la inversión.
El seguro de cambio es fácil de instrumentar, sencillo de operar y está al alcance de cualquier PYME. No se necesita ser una gran multinacional para acceder a esta herramienta. La clave pasa por un buen asesoramiento para definir qué proteger y cómo estructurar la operación.
Liberarse de la volatilidad del dólar no es algo menor para una Pyme, la cual ya tiene bastante incertidumbre con el día a día de su actividad.