Fecha: 23 de enero, 2020
Desde sus inicios, Sardáns se propuso crear un modelo de servicio con una mirada 360, esto es que además de brindar soluciones financieras y cambiarías, resuelva toda la parte impositiva, legal, sucesoria y hereditaria de las personas, inversores institucionales y empresas. “Este tipo de propuesta “autosuficiente” es muy común en EEUU y el 80% de los inversores la eligen porque saben que, como no cobran comisiones de parte terceros (contadores, abogados, escribanos), no hay conflictos de intereses. Esto es lo que nos diferencia de un asesor de banco o agente de bolsa. A nosotros sólo nos paga el cliente, por eso trabajamos con fuerza para que a él le vaya bien. Por el contrario, quienes representan a una entidad bancaria, trabajan a comisión y con objetivos de venta semanales, mensuales y hasta anuales que tienen que cumplir porque si no los echan. Lo que termina ocurriendo en estos casos es que estos empleados le venden a sus clientes el servicio que más le conviene a ellos y no lo que realmente es ideal para ese inversor que va en busca de su ayuda”, aclara el CEO.
Para llevar adelante este desafío, capacitó a todo su personal en estos temas. “Nuestra empresa funciona como una escuela de negocios en este sentido. De este modo, nuestros colaboradores aprenden a negociar en bloque con las distintas entidades bancarias o sociedades de bolsa para que se beneficie desde el cliente más chico al más grande, a pulverizar todos los gastos extras que éstas cobran, a buscar las instituciones más baratas, seguras y rentables, a armar informes tributarios para evitar que un contador realice los cálculos de impuestos a las ganancias, la renta financiera o los bienes personales y hasta saben comprar dólares al menor tipo de cambio y venderlos a otro mayor logrando que el cliente pague los impuestos mínimos y necesarios sin por eso estar en negro”, detalla Sardáns.
Otro dogma de la compañía es que cada cliente es distinto, por lo que gestionan y administran cartera por cartera. Hoy posee 700 de ellos repartidos entre Argentina, EE.UU. México, Brasil, Uruguay y España, a los que atiende uno por uno. En cuanto al valor del servicio, Sardáns cuenta que cobra el 1% anual sobre el monto de la cartera del cliente, y un mínimo de 500 dólares por trimestre. Cuando la cartera supera el millón de dólares, la alícuota es menor. “Esto nos obliga a esforzarnos para brindar lo mejor al cliente para poder cobrar después ese porcentaje”, dice el número uno, quien reconoce que el mejor marketing de FDI es estar inscripta en la Comisión de Valores de EE.UU, por lo que ante cualquier estafa o cobro de comisiones pueden perder la matrícula y quedan imposibilitados para operar. “Otro modo de ganar su confianza es que todos los activos o la plata del cliente están a su nombre, nada al nuestro”, acota.
Actualmente, entre los objetivos de crecimiento que tiene para su empresa, sobresale el de conquistar más clientes extranjeros y argentinos expatriados en el mundo. En tanto, como empresario miembro de Vistage (Organización de coaching ejecutivo para CEO´ s y dueños de empresas), además de dar charlas sobre asesoría financiera en distintas compañías, Sardáns tiene pensado dar clases sobre finanzas en los colegios más humildes de la ciudad con el objetivo de sacar a los pobres de la pobreza y enseñarles a ahorrar. “Estoy convencido de la importancia de la educación en finanzas. Hoy ellos son los más endeudados, y el ahorro es la base de la riqueza”, concluye.