Fecha: 08 de julio, 2020
La pandemia global de coronavirus COVID-19 puso en jaque a miles de empresas y negocios alrededor del mundo a raíz de las dificultades generadas por las medidas de aislamiento que tienen por objetivo evitar el contagio.
En ese contexto, actualmente se puede abrir una cuenta “transaccional” en los Estados Unidos sin necesidad de viajar al país del norte.
Ante los problemas generados por la extensión de la cuarentena, autoridades de los bancos estadounidenses dejaron atrás el miedo a las distintas regulaciones y transformaron las trabas en prácticas videoconferencias para abrir nuevas cuentas de este tipo.
Las cuentas transaccionales son las utilizadas por empresas y profesionales para vender al mundo sus servicios.
Contar con una cuenta en el exterior facilita la posibilidad de recibir pagos de clientes como así también cancelar deudas con distintos proveedores.
Antes del inicio de las nueva restricciones, muchos argentinos tomaron la decisión de crear una cuenta sin recurrir a un intermediario ni pisar el suelo norteamericano.
Básicamente, lo hacían mediante el uso de sitios como interactivebrokers.com o tdameritrade.com, que aceptan montos mínimos de US$ 10.000
No obstante, esta situación se modificó por completo a partir de las nuevas restricciones, cuando a fines de 2019, el Banco Central prohibió las transferencias a subcuentas del exterior, observa Mariano Sardáns, CEO de FDI.
La entidad regulatoria prohibió así las transferencias a brokers, lugar adonde partía buena parte de los ahorros que muchos argentinos poseen en el exterior.
No obstante, la restricción no evitó transferir el dinero a una cuenta bancaria propia creada en la Argentina.
El problema surge porque, de acuerdo a cada actividad, algunos usuarios necesitan una cuenta de otro tipo, también denominadas cuenta transaccional (o transactional account).
Se trata de las cuentas utilizadas por las empresas, emprendedores, profesionales, importadores y exportadores con fines comerciales.
¿Por qué? Porque este tipo de cuentas permite recibir pagos de clientes y cancelar deudas de proveedores, ya sea afuera o dentro de los Estados Unidos.
Hasta hace un par de meses, abrir una cuenta bancaria en los Estados Unidos de forma remota representaba todo un proceso engorroso y, en ese contexto, mucho más aquellas llamadas transaccionales, dedicadas a manejar saldos transitorios, explica Sardáns.
No obstante, a partir de la pandemia global, los bancos estadounidenses debieron flexibilizarse y decidieron volcarse de forma masiva a las plataformas de videollamadas. Ahora sus ejecutivos realizan el onboarding (alta) de nuevos clientes desde sus casas también para este tipo de cuentas.
Previo a la cuarentena, eran ínfimas las entidades estadounidenses que permitían abrir este tipo de cuentas transaccionales de forma remota.
El gran miedo de las autoridades estadounidenses era no cumplir con la premisa impuesta a rajatabla conocida como KYC (sigla que en inglés se define como “conozca a su cliente”) y que se pudiera infiltrar un usuario envuelto en actividades ilícitas.
“Otro de los temores era que la documentación presentada no correspondiera a quién realmente tendría la ocupación de manejar el dinero”, indica Sardáns.
No obstante, a partir del uso generalizado de las plataformas de videollamadas, el proceso de apertura presencial se reemplazó con entrevistas online.
“De ese modo, los mismos empleados que antes abrían las cuentas en el escritorio, ahora lo hacen desde sus propias casas y con el cliente del otro lado de la pantalla”, agrega el especialista.
Para cualquier argentino tener una cuenta transaccional en los Estado Unidos representa una gran ventaja, la cuál puede definirse a partir de algunos puntos a tener en cuenta.
Según Mariano Sardáns: Al operar en el mercado norteamericano, el usuario argentino pasa a tener la ventaja de poder estar presente en el sector más conveniente, sobretodo, si se tiene en cuenta la cantidad de servicios bancarios disponibles.
Por otro lado, se trata de las cuentas transaccionales más baratas en lo relacionado a costos de mantenimientos y comisiones por transferencias.
Pero además, contar con una cuenta de este tipo se transforma en una chance inmejorable para aquellos usuarios que realizan negocios con otros destinos del mundo.
Por último, otra gran característica destacada por los usuarios que actualmente poseen una cuenta de tipo es su “seguridad”.
Cualquier individuo o empresa puede obtener una cuenta de este tipo si pretende agilizar sus negocios con otras empresas internacionales.
Para obtener una cuenta corporativa transaccional se requiere:
– Una identificación válida por cada firmante o quien tenga más del 10% de las acciones de la sociedad
– Prueba de domicilio de la entidad (un servicio a nombre de la sociedad)
– Clave Fiscal
– Artículos de incorporación: estatuto constitutivo y documentación corporativa de la sociedad
– Certificado de vigencia de la sociedad
– Resumen de la estructura societaria en caso de ser compleja
– Estados financieros de la firma, tanto del año en curso como del anterior
– Últimos dos balances: en caso de que la sociedad sea muy reciente y no posea aún, deberán presentarse los estados financieros de los dueños
– Currículum de los accionistas
Por otro lado, los requisitos para sacar una cuenta personal son:
– Mostrar dos identificaciones para cada titular o apoderado: el DNI y el pasaporte.
– Un servicio, que puede ser de luz, gas o teléfono, que compruebe el domicilio del solicitante.
– Estados financieros o certificación de ingresos, certificado por contador, o recibo de sueldo.
– Carta de referencia bancaria acompañada de los últimos tres extractos.
– Currículum vitae
Además, en ambos casos, el beneficiario final deberá informar su estado financiero, a través de un formulario que proveen los bancos.
En ese lugar, deberá indicar sus datos personales, activos y pasivos que posea, y los ingresos de los últimos 12 meses en concepto de salario, bonos, dividendos o rentas, según corresponda.