El reciente caso de estafa perpetuado por Daniel Viglione, un periodista marplatense que se autodenominaba experto en futuros, puso en evidencia que a la hora de pedir consejos sobre cómo invertir nuestra riqueza hay que ser más que cuidadosos.

Usualmente, estos casos comienzan con personas que, si bien carecen de expertise técnica, en sus comienzos no tienen la franca intención de estafar. Es por eso que en principio no deberíamos esperar encontrarnos con el típico estafador.

Es sabido que antes de que se destapen estos casos, en algún momento, por la propia impericia, a estos sujetos algo se les va de las manos, no saben como enfrentar la situación y entonces comienzan a cubrir deudas con dinero de otros, a tratar de ocultar la situación, a brindar resúmenes de cuentas bancarias apócrifos, y eventualmente terminan quebrando y dejando sin sus fondos a los incautos inversores.

Si no queremos dejar nuestros ahorros librados al azar, debemos prestar especial atención a las siguientes 3 recomendaciones:

Verificar
 que el asesor financiero esté inscripto: La Comisión Nacional de Valores (C.N.V) obliga a que todos los asesores de inversión estén inscriptos y por lo tanto deberán tener la matrícula profesional habilitante de modo tal que, llegado el caso de identificar una posible mala praxis pueda investigarse y eventualmente quitar la matrícula al profesional, tal como sucede con un médico o un abogado. Como cualquier profesional, todo asesor financiero inscripto, cuidará su actuación ya que pone en juego su matrícula profesional.

Velar
 por nuestra seguridad jurídica: Cuando se trata de inversiones financieras, lo primero que tenemos que tener en cuenta es que todo debe estar a nombre del titular, desde la cuenta bancaria, los títulos y cualquier otro instrumento de inversión. Tanto la institución cómo el país donde se realice la inversión debe ser de primer nivel. Además deberíamos investigar acerca de la institución con la cual se va a trabajar.

Dudar de promesas de ganancias extraordinarias: Prestar atención siempre que ofrezcan ganancias extraordinarias, que usualmente dicen provenir de productos supuestamente muy sofisticados y que, por ende, resultan difíciles de comprender hasta para el más avezado inversor. Típicamente hablan de inversiones en el mercado de futuros y opciones.

El sinceramiento fiscal indirectamente está facilitando que se destapen estos casos dado que gran cantidad de personas están pidiendo que les devuelvan su dinero para poder blanquearlo. Ante la imposibilidad de hacerlo, estos estafadores terminan sin salida y desenmascarados.