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“Lo que estamos comenzando a ver es que cada vez más inversores se vuelcan a invertir en bonos del Gobierno, nó sólo en Letes, por las exenciones impositivas que brindan”, explica Mariano Sardáns, CEO de FDI.
Era cuestión de tiempo. Faltaba que los contadores lo comenzaran a advertir, los asesores financieros lo sugirieran más enfáticamente o los propios blanqueadores cayeran en la cuenta que el sinceramiento tributario los obligaría a pagar aquí algunos de los impuestos que habían intentado evitar -precisamente- ocultando bienes, activos financieros o tenencias de efectivo al fisco.
Pero comenzó a suceder.
Es aquello a lo que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, definió como “planificación tributaria” precisamente cuando presentó los resultados finales del blanqueo y habló sobre sus posibles impactos. “Si bien el 80% de lo sincerado quedó fuera del país, ahora son activos declarados y quienes los tienen empezarán a hacer planificación tributaria. Esto genera una demanda que va a alimentar aunque sea desde afuera la posibilidad de financiamiento porque son fondo que, lentamente, van a empezar a interactuar en la Argentina”, dijo entonces.
Una nueva prueba al respecto se tuvo esta tarde cuando el Gobierno recibió ofertas de compra por sus Letras del Tesoro (Letes) por US$ 4500 millones cuando sólo buscaba US$ 800 millones. Es decir, le ofrecieron prestar 5,6 dólares por cada US$ 1 que buscaba, lo que marca un nuevo récord de demanda para este tipo de emisiones, reanudadas desde hace un año.
El apetito por estos títulos de deuda de corto plazo, que siempre tuvieron buena demanda, explotó precisamente hace un mes con un desbalance entre oferta y demanda similar. Y no casualmente fue cuando los plazos del blanqueo expiraban y muchos terminaron de comprender que, con una reforma tributaria que se demora (está planteada ahora para el 2018) y un déficit fiscal que no cede, el riesgo de enfrentar una carga impositiva recargada crecía mucho.
Y la pelea por lograr obtener esta especie de “salvoconducto” para evitar aumentar los pagos por Gannacias y Bienes Personales se vuelve cada vez más ardua.
A los compradores no les importó que el Gobierno haya recortado la tasa de la Lete a 6 meses del 3,75% con que iniciara hace un año este tipo de colocaciones al 2,86% de ayer, o que haya podado el rendimiento a 1 año del 3,40% al 3,28% en apenas un mes. Y no les importa porque el incentivo claramente es otro.
“Quienes blanquearon bienes en el exterior no están acostumbrados a pagar impuestos aquí por esas tenencias. De allí que la demanda local de este tipo de activos libre de cargas tributarias está destinada a crecer exponecialmente. Y esto se hará más evidente de aquí en más porque en mayo se liberan buena parte los US$ 7000 millones en efectivo que se mantenían inmovilizados en cuentas por disposiciones de la exteriorización”, explica Mariano Sardáns, jefe de la administradora de patrimonios FDI.
“Lo que estamos comenzando a ver es que cada vez más inversores se vuelcan a invertir en bonos del Gobierno, en general, nó sólo en Letes, por las exenciones impositivas que brindan. Si se toma en cuenta la tasa tributaria equivalente, un bono similar de afuera tendría que rendirle más del 5% para serle atractivo a un tenedor argentino, algo que hoy no paga ni siquiera uno calificado BBB a 20 años. De ahí que los residentes fiscales argentinos se volcarán masivamente por este instrumento de cortísimo plazo”, profetizaba hace un mes en charla con La Nacion Sardáns.
La demanda dirigida a obtener este beneficio tributario, junto a la reinversión de los fondos que liberó el reciente págo del Bonar X, es la que también está detrás de la baja del 7,7% que registra este mes la tasa de riesgo argentina (ayer cerró a 417 puntos), más que duplicando la mejora general que tuvo el EMBI + (la tasa general de riesgo emergente) en el período. Se trata del menor nivel en un año.
De allí que, para algunas analistas, el Gobierno debiera aprovecharla para completar sus planes de financiamiento abaratándolo. “Deberían emitir bonos nuevos o reabrir bonos existentes en el espacio abierto entre las Letes y los AA25…claramente hay demanda insatisfecha en la parte corta de la curva que se podría aprovechar”, señaló en un cruce de cruce de opiniones con colegas por la red Twitter el economista Miguel Zielonka, de la consultora Econviews.