En ese vaivén de la cotización se disparó el rendimiento de los bonos a fin de agosto. De cifras de entre el 4% y el 6% en enero (TIR del 4,3% para el Bonar 2024 o del 6,5% para el Bonar 2037, según datos de Portfolio Personal), los títulos argentinos se desplomaron y pasaron a rendir más del 11% al último día de agosto.
“Fue exagerado el castigo que tuvieron los activos locales. Todos [los emergentes] tuvieron un salto en los CDS credit default swaps como medida de riesgo, pero no tanto como nosotros, y esa divergencia muestra que la debilidad argentina es principalmente por cuestiones propias”, planteó Corujo.
“Hubo muchas dudas sobre la viabilidad del programa financiero. Ahora que se mostraron números y parece estar más asegurado el adelanto de fondos del FMI, vemos la recuperación”, agregó la especialista, quien de todas maneras proyecta que la suba alcanzará los valores de junio.
Durante los mínimos de agosto, el desorden de los bonos argentinos fue tal que las tasas internas de retorno de los cortos se igualaron a los largos, asegura Mariano Sardáns, CEO de FDI Gerenciadora de Patrimonios. “Eso sucedió porque el miedo al default era hacia un año, es decir, un problema de corto plazo”, apunta.
Comienza el repunte
El escenario comenzó a cambiar la semana pasada. Los analistas dicen que fue por una combinación de factores: el mensaje del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, favorable hacia la Argentina; los avances en las negociaciones de la modificación del acuerdo con el FMI y la fluidez con la que el Gobierno está comenzando el debate por el presupuesto 2019.
“Con este panorama de reducción de tasa interna de retorno, se ve que los inversores están volviendo y se están llevando los bonos más riesgosos: los más largos”, anticipa Diego Falcone, head portfolio manager de Cohen.
Pero advierte que todavía no se puede cantar victoria: hará falta que bonos como el AO20 (Bonar 2020) y el AY24 (Bonar 2024) estén por debajo del 8% para que se pueda hablar de un panorama más ideal.
Falcone apunta que el contexto interno los avances con el FMI y el presupuesto 2019 pudieron contra un escenario externo que no fue el más favorable para los emergentes, con un recrudecimiento de la guerra comercial entre China y Estados Unidos.
Con foco en el futuro, Sardáns añade que el posible aumento de 0,25% a 1% del impuesto sobre los bienes personales sobre activos en el exterior hará que muchos argentinos se vayan de bonos extranjeros y entren a los locales, por lo que, en caso de que el cambio en la alícuota suceda, podría verse aún más recuperación.