Consideración al armar un FIDEICOMISO (o TRUST)

Uno de los mayores errores que cometen quienes arman un fideicomiso o trust, es pensarlo solo como un vehículo de reparto de bienes ante su muerte. Planifican como si esa muerte se diera en un contexto de plenitud física y mental.

La realidad es que lo más probable es que vivamos muchos más años de lo que pensamos, luego de un período de deterioro físico y mental en el que necesitaremos ayuda de terceros para administrar nuestros bienes. Más aún, seguramente sin la capacidad para tomar o aprobar decisiones. Este es el punto.

El fideicomiso (o el trust) debe ser claro sobre el reparto después del fallecimiento. Pero también sobre cómo se manejan esos activos cuando los necesitemos en nuestra etapa de deterioro.

La elección del fiduciario (o trustee) debe ser por confianza e idoneidad en temas financieros, legales y tributarios, pero también por la habilidad para coordinar con nuestros familiares para que recibamos lo que necesitemos en ese declive.

El trabajo en equipo entre nuestros afectos y el fiduciario (trustee) es clave, así como también las rendiciones de cuentas y el “control cruzado”. “Lo nuestro es nuestro” hasta el momento de nuestra muerte. Mientras tanto, asegurémonos de tener todo “aceitado” en caso de que lo necesitemos.

Espero te sirva.

Saludos cordiales

Mariano Sardáns
CEO de FDI
Gerenciadora de Patrimonios

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