Futbolistas ¿Por qué ganar millones no siempre les asegura el resto de su vida?

Son pocos los que llegan a practicar deportes profesionalmente. Lo que es “pasión de multitudes” es también un enorme negocio para un grupo muy selecto de deportistas, entrenadores, representantes, dirigentes y periodistas. De los mencionados, los deportistas son los verdaderos protagonistas de ese negocio y por ello (cuando llegan al máximo nivel en deportes como el fútbol) cobran fastuosos contratos, que les permiten percibir en un año lo que la mayoría de la gente común no gana en toda su vida laboral.

Si el período de ingresos sustanciales del deportista de élite fuera similar a la de la mayoría de la profesiones y no durara solamente unos pocos años, sería muy improbable que sus finanzas personales terminaran en mala forma. Pero, según la revista mexicana “Contenido”, la carrera profesional de un futbolista dura un promedio de 16 años, 12 si es un tenista, y apenas 6 años para un jugador de la NBA. El lector se preguntará: pero si el deportista gana millones (aunque sea por pocos años), ¿qué peligro puede haber para sus finanzas?

Por ser el deporte más popular, nos centraremos en el fútbol. Por empezar, solamente un porcentaje muy bajo de futbolistas llegan a jugar en primera división, sobre todo en países relevantes en este deporte. De esos, solamente algunos se consolidan y proporcionalmente muy pocos acceden realmente a ganar millones por año. Y ninguno tiene garantizada la duración de su carrera.

Quedémonos entonces con los que llegaron a primera, se consolidaron, lograron acceder a contratos altos (no siempre millonarios) y los mantuvieron durante un buen número de años. Uno de sus principales problemas es que, a diferencia del resto de las profesiones, ellos acceden a ingresos muy altos a una edad en la que la mayoría de las personas no está en su plena madurez. Ningún médico tiene prestigio internacional en su profesión a los 25 años. Ningún contador es un “Messi de la contabilidad” a los 20 años. Y, aunque lo fuera, nadie le pediría un autógrafo ni pagaría una entrada para verlo confeccionar un balance.

A eso hay que sumarle la fama y que todos desean estar en su entorno. La extravagancia en el nivel de vida se vuelve lo cotidiano para ellos. Como “el dinero sobra”, se pierde conciencia de su real valor. Y algunos se acostumbran a vivir como si tuvieran garantizado el mismo nivel de ingresos durante el resto de su vida cuando es evidente que no será así, salvo para los pocos que luego se conviertan en entrenadores de élite. “Los amigos del campeón” tampoco suelen ser un elemento positivo para las finanzas del jugador.

Salvo que pueda generar nuevos ingresos al finalizar su carrera profesional, normalmente deberá vivir el resto de su vida con lo que pudo acumular. Será clave cuánto supo ahorrar y cómo lo invirtió. La magia del interés compuesto (los intereses sobre los intereses) hace que los mismos US$150.000 del auto extravagante de “hoy” podrían equivaler a más de US$750.000 veinte años después. Esto, si el dinero se hubiera invertido al 8% anual en lugar de habérselo gastado (y estamos ignorando los altos costos de mantenimiento del vehículo). Es decir, se podría haber comprado siete inmuebles de USD100.000 cada uno para renta y le sobraría dinero.

Disciplina y buen asesoramiento le garantizan al deportista y su familia que pueda sacar el máximo provecho económico a su carrera profesional. Sería muy saludable ver que las instituciones deportivas ofrecieran educación financiera a sus deportistas profesionales o a quienes van en camino a serlo.

Saludos cordiales.

Juan Cruz Acosta Güemes

Director de FDI
Gerenciadora de Patrimonios

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