En tiempos como los actuales, confluyen la desorientación casi general y el pánico irracional. Todo, exacerbado por la gran cantidad de información de diversas fuentes, algunas pocas con solidez técnica y muchas otras que no tienen asidero.
Quienes invirtieron en bonos y acciones argentinas y que hoy tienen sus carteras “destrozadas” no saben qué decidir entre:
Pensemos ahora en el peor de los fantasmas (y esto es fundamental).
Cuando decimos “reestructuración”, ¿de qué hablamos realmente? ¿A qué llaman “quita” cuando hablamos de una reestructuración, aunque sea amigable (reperfilamiento)?
Una vez que uno entiende lo que significa “quita”, ¿cuál es el resultado después de impuestos?
¿Cuál es el escenario más probable para los inversores en bonos argentinos ante un nuevo gobierno? ¿Tienen otras opciones disponibles que no sea una reestructuración, aunque sea “amigable”?
¿Estoy ignorando algún factor que me puede dar un golpe inesperado?
Antes de tomar una decisión apresurada basándote en los miles de artículos e información que cruza las redes, asegurate de estar bien asesorado. Al margen de la idoneidad técnica, lo que se requiere es saber mirar el panorama con frialdad, sin pánico y sin emociones.
La clave para lo que viene es tener un equipo robusto que actúe rápidamente en los temas administrativos, operativos y legales que se requieren. Hay demasiado en juego para salir a la cancha solo, con todo en contra y sin un plan.
Espero te sirva.
Mariano Sardáns
CEO de FDI
Gerenciadora de Patrimonios
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